Miguel Ángel Núñez

ipiat2000@yahoo.es

Identidad, cultura y ambiente

4 de febrero de 2009

Es bien conocido entre nuestro ámbito social que vivimos en una perenne crisis. Para muchos es una crisis global, civilizatoria y de pensamiento. Crisis del sistema de la vida, crisis del sistema de La Tierra.

En este devenir, agregamos, que una de las máximas expresiones de la crisis, es la crisis entre nosotros mismos por el encuentro con la verdad y la confianza de los hechos y  en las verdades que debemos sustentar.

Nuestra crisis nacional y regional tiene una amplia manifestación inmersa en el proceso de globalización a nivel cultural que nos arrastra y se intensifica desde hace más de medio siglo. Hemos asimilado las razones de la uniformación de hábitos de vida, comida (macdo-franquisia-nacionalización) del consumo, de tantas expresiones mercantiles, tecnológicas, musicales,  sensoriales, lúdicas y otras personales; desde las formas de vestir y de hablar, comportarse y andar. Estas y otras particularidades o rasgos que progresivamente se convierten y materializan en actitudes y aptitudes cónsonas a la realidad de la fuerza globalizadora se mantienen como condicionamientos para no poder encontrar, valorar e interpretar no solo las posibles salidas de la crisis;  también incide en la visión u óptica para encontrar nuestros valores de identidad cultural y como de ellos podemos potenciarlos para su sustento, despliegue y que nos sirvan también para avanzar en las salidas de la crisis civilizatoria, de confianza y de verdades que ante las visiones del mundo y  nuestra sociedad las tenemos distorsionadas.

Si admitimos que la crisis es global, la solución también tiene que ser global. Por ello en diferentes época, Sagan (1973), Mosonyi (1981), Boff (1997), se ha argumentado que para avanzar y encontrar propuestas al agudizamiento de la crisis debemos comenzar haciéndonos preguntas fundamentales como por ejemplo: quiénes somos nosotros?; de dónde venimos?; hacia dónde vamos?, cuál es nuestra visión y misión de la sociedad que aspiramos? Que venimos aprender y a dejar en nuestras vidas? y como de allí nos relacionamos con nuestros recursos naturales y espacios sociales? Estas como otras tantas reflexiones frecuentemente nos las preguntamos, buscando encontrar aproximaciones que nos ayuden avanzar y a realizar algunas propuestas que bien pudiesen ser compartidas e ir creando entre nosotros, en las comunidades propuestas para entender nuestro histórico y evolutivo  enraizamiento humano.

Sagan y Agel (1973), argumentan que nuestro sentido originario es cósmico. Proveniente de los procesos iníciales de expansión del universo; del big-ben; de la formación de estrellas rojas; ahí empezó el proceso de evolución. Ese proceso se va expandiendo, creando las grandes estrellas rojas, dentro de las cuales se formaron todos los elementos físico-químicos que constituyen nuestra realidad, que es la del todo el universo. Somos el producto de cinco mil millones de años de evolución biológica lenta, fortuita, y no hay razón alguna para pensar que se haya detenido tal proceso evolutivo. El hombre es un animal en período de transición. No es el clímax de una creación.

Boff (1997) enfatiza, somos seres cósmicos por eso, porque tras el famoso isomorfismo del universo, tenemos los mismos elementos constituyentes.  Somos hijos de ese inmenso proceso, cargamos en nuestra piel y en nuestro cuerpo todos esos elementos.  También cargamos las cuatro energías fundamentales que sustentan el universo y a cada uno de nosotros, que son la energía gravitacional, la electromagnética, la nuclear débil y la nuclear fuerte.  Somos seres cósmicos y tenemos una dimensión cósmica que no hay que negar.  No tenemos que sentir vergüenza de pertenecer a una realidad que nos desborda por todas partes. Pero somos también seres vivos. Hace 3,8 mil millones de años irrumpió la vida desde una complejidad enorme del proceso de evolución.  La vida es un capítulo de la evolución cósmica y la vida humana es un subcapítulo del capítulo de la evolución cósmica. Si bien valoramos nuestra dimensión cósmica, de Watson y Crick (1953) apreciamos las raíces biológicas. El sustento de los códigos genéticos, sus aminoácidos y sus cuatro bases fosfatadas que lo determinan. Todos los seres vivos desde el diminuto pajarito, dinosaurios hasta nosotros, todos estamos re-ligados; tenemos el mismo código genético. Ello nos une, nos hace estar emparentados. Hacen vida comunitaria. En un sentido muy real, los seres humanos son máquinas construidas por los ácidos nucleícos para disponer de una eficiente repetición de más ácidos nucleícos. En Sagan (1973), Richard Dawkins, "El gen egoísta" (1972), expresa que nuestras necesidades más acuciantes, las más nobles empresas y el manifiesto libre albedrío son una expresión de la información codificada en el material genético: en cierto sentido, somos depósitos temporales y ambulantes de nuestros ácidos nucleícos. Esto no niega nuestra humanidad. No nos impide perseguir el bien, la verdad y lo bello. Pero sería un gran error ignorar de dónde procedemos en nuestros intentos por determinar adónde vamos.

Los humanos somos una parte de esas relaciones sociales, culturales y comunitarias.  Al entender ello y sentirlo en su justa dimensión, nos damos cuenta que nuestras relaciones han y deben ser distintas con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. A diferencia de tantos organismos vivientes, el ser humano es un ser distinto, el cual se ha visto obligado a depender de la naturaleza para construir su comunidad y sociedad.

Boff (2001) dice que necesariamente hemos tenido que intervenir la naturaleza.  Tenemos que crear nuestro hábitat, nuestro hogar.  Y estamos obligados a hacer cultura, a hacer historia, a intervenir la realidad, crear el ámbito que protege nuestras vidas y defiende nuestra existencia.  La acumulación de esas intervenciones significa la cultura y la historia.

La genialidad del ser humano, ha sido haber creado culturas, saberes, conocimientos, tecnologías y ciencias. Sin ellas no hubiésemos podido subsistir, avanzar y evolucionar ante los distintos retos de supervivencia. Son centenares de expresiones culturales y saberes diferentes. Es un conglomerado  de diversidad de culturas humanas donde encontramos  diversos fenómenos sociales con el sentido de arraigo que les pertenece  y les da su identidad específica.   

La Identidad en la civilización del trópico

En la “civilización del trópico”, ubicada: entre el trópico de cáncer y capricornio se concentran 87 países (incluyen islas), catalogados “subdesarrollados”; albergan una población de más de 752.156.418 habitantes, con más de 500 expresiones culturales, significantes variantes religiosas y con múltiples actividades productivas que parten de sus recursos naturales. Principalmente, la biodiversidad. El 85% del total que se consigue en el planeta tierra se concentra el cinturón tropical. Se calcula que unos 10 millones de especies viven sobre la tierra, según estimaciones más precisas los bosques tropicales albergan entre 50% al 90% de ese total. Núñez (2005).  

Imaginarnos más de 500 expresiones culturales reflejan un tipo muy especial de fenómenos sociales que expresan lo que hay de bello en la naturaleza; en las sociedades tropicales y en el alma o conciencia de nuestras diferentes etnias y de tantos cruces genéticos-societarios que la civilización del trópico nos ofrece.

En cada una de las multiplicidades culturales tropicales, bien sea la música; la poesía, la artesanía, la pintura ingenua popular y otras, lo singular expresa retratos morales o sentimientos generales propios de tal o cual tipo humano o de afecciones comunes a muchos hombres García Gallo, (1985).

Desde otra visión, la Gran Enciclopedia Larousse (Tomo 6 p.2831) define la cultura como “un fenómeno propio de la especie humana y por consiguiente, universal, social e histórico”. Desde el campo de la antropología, el término de “cultura” puede contener: el sistema de parentesco y organización familiar, la organización política y religiosa, las normas de la vida cotidiana, el sistema económico de producción y distribución, el lenguaje, el pensamiento, la producción mítica, artística, filosófica e incluso científica y tecnológica.

Partiendo de estas aproximaciones conceptuales de la cultura, esas expresiones culturales tropicales valoran el carácter de identidad cultural implícito en ellas. Las de un pueblo, sociedad y civilización. Identidades las cuales se han mantenido, resistido y están allí como los auténticos acervos de nuestras razones ideológicas sociales producto de la práctica socio-histórica de nuestros pueblos tropicales.

Acercándonos algunos conceptos sobre identidad el Diccionario de la Real Academia, define la identidad como “lo mismo” “calidad de idéntico” “igualdad que se verifica siempre, sea cualquiera el valor de las variables que su expresión contiene”. Las connotaciones precedidas las encontramos en las diversas expresiones culturales venezolanas en Núñez (2002) (ver anexo # 1). Expresiones que se dan, se mantienen para “identificar” socio-bioregiones y características ambientales y agroecológicas con su significado social específico y su relación con las expresiones mágico-religiosas. Afirmamos con propiedad “la identidad cultural tropical expresa una significativa parte de la identidad regional y nacional”. También lo asevera Mosonyi (1981) “No hay tanto identidad nacional sin identidad cultural”. Y, de nada vale una identidad si el pueblo que la tiene no es el sujeto histórico de su autogestión y autodeterminación.

Identidad, cultura y ambiente

El anexo # 1 identifica los tantos valores culturales venezolanos que se manifiestan en diferentes sociobioregiones, las cuales tienen sus particularidades ambientales y agroecológicas que las hacen ser diferentes geográficamente, pero que por los distintos significados sociales y las singulares manifestaciones mágico religiosas se  identifican y se diferencian por la naturaleza socio ambiental de las mismas.

El ambiente lo definimos “como una compleja red de factores abióticos, bióticos y socioculturales interactuando con relaciones sistémicas mediante flujos de energía, materia e información en el continuo espacio y tiempo. Román y otros (1979).

En la conceptualización que nos ofrece Román y la gente el Cenam se valoran todos los componentes de la realidad los cuales son también dependientes en cada una y todas las expresiones culturales venezolanas que hemos presentado.

Definitivamente esta interrelación de las categorías de identidad, cultura y ambiente tienen su sentido, su coherencia y lógica. Tiene razones para ser considerada y tomadas en cuenta. En esta interdependencia e interrelación se dan una multiplicidad de dinámicas por el conjunto de seres naturales constituidos en todas las formas de organismos vivientes, vegetales, animales y manifestación de la materia no viviente, como aire, agua, el suelo, las rocas y minerales. Incluimos la especie humana que comparten una organización social, unas costumbres generando un conjunto de fenómenos sociales producto de las tantas actividades humanas que se generan en su práctica socio-histórica-cultural.

Algunas reflexiones

La diversidad de identidades culturales que nuestro cinturón tropical regional nos expresan que dichas creaciones vienen desde un individuo, familia o grupo social integrado a diferentes niveles sociales, étnicos y geográficos-territoriales. Organizaciones con pensamiento propio, de muchos saberes y sabiduría la cual tiene que ser preservada, valorada, reconocida y trabajada. Por ejemplo las grandes sabidurías de los pueblos originarios, aztecas, aimaras incas, mayas quechuas, misquitos, y tantas culturas que aquí tenemos, las cuales poseen un extro-ordinario saber ecológico que debe ser preservado y continuamente revisado.

Esta sabiduría estamos seguro nos ayudaría a superar el presente con tantas desigualdades y preparar el futuro para que América Latina pueda ofrecer lo que tiene no solo para su beneficio sino para la humanidad.

En nuestra sociedad venezolana que vive un proceso de transición luce oportuno realizar esfuerzos para el rescate de aquello que de verdad, verdad! nos identifica, condición que nos serviría de antídoto al proceso de homogenización globalizador y para superar los tantos desequilibrios sociales que la falta de identidad nos ha ocasionado.

Observamos en el anexo # 1 que elabora Núñez (2002) que en las distintas sociobioregiones venezolanas se dan manifestaciones culturales integradas a las creencias religiosas, las cuales se encausan a las actividades agrícolas con sus significados específicos y se identifican con esa realidad por y para la misma realidad que se vive. Esto es lo que los antropólogos, sociólogos y otros profesionales de la ciencia llaman prácticas mágico-religiosas. Donde convergen diferentes corrientes místicas entre cantos, bailes, rezos, rosarios a la luna, el sol, lectura del tabaco, entre otras; orientadas a reforzar sus medios de producción, sus técnicas o tecnologías para proteger y obtener unas buenas cosechas.  

Las  relaciones precedidas nos evidencian la estrecha e interdependiente relación que se da entre las creencias espirituales y las prácticas productivas que hacen al campesino y productor ahondar su fe y su razón espiritual.  La fe de poder obtener una mínima autosuficiencia alimentaria para su familia y comunidad. Esta fe y confianza que el productor expresa, connota un convencimiento y conocimiento entre las diversas actividades agrícolas que emprende, por ello estas creencias  no pueden ser ignoradas, rechazadas y subestimadas. Deben ser  respetadas, conocidas y darle la importancia que se merecen como un nuevo tipo de conocimiento el cual obedece a cierta racionalidad ambiental, técnica y cultural que se ha venido expresando a lo largo de sus procesos de evolución social.

Otro de los tantos componentes que debemos reconocer, realzar, elevar como otra bandera de lucha y que estrechamente se relaciona con la diversa identidad cultural es  la inmensa y mayor biodiversidad que nuestro país posee y en especial nuestra patria grande. Nuestros recursos biológicos son inmensos. Abundancia de agua del planeta, vastos recursos energéticos probados constituyéndose  en una de las bases materiales para nuestro desarrollo agrícola y científico-tecnológico.

Las reservas forestales amazónicas de nuestro cinturón tropical y de la patria grande regulan el clima del planeta. Así que si hablamos del futuro de nuestra región latinoamericana en términos ecológicos-ambientales pasa por que debemos, tenemos que preservar y saber racionalmente utilizar  todo lo verde que nos corresponde e interactúa. Se destaca: sin crear nuevos espacios de contaminación ambiental. De allí la justificación de crear, avanzar y consolidar el mayor numero de acciones destinadas a la formación y capacitación de recursos humanos para avanzar en los tantos retos que se manifiestan en el día a día y que con urgencia necesitan ser atendidos para superar las desigualdades sociales existentes y prepararnos para nuestros futuro.

La interrelación anteriormente demostrada de la identidad, la cultura y el ambiente poseen verdades inocultables las cuales estamos seguros nos orientarán al encuentro con la verdad  y verdades de las prácticas socio-histórica. Todo ello para encontrar la confianza en las verdades que debemos comenzar a sustentar.

Anexo # 1

Expresiones culturales religiosas en la agricultura venezolana

 

SOCIO-BIOREGIONES

 

 

EXPRESIÓN CULTURAL

 

EXPRESIÓN RELIGIOSA

 

SIGNIFICADO SOCIAL

 

AMAZONAS

Ceremonia o Fiestas del

EL MASTRO * Entre Marzo a Junio

Virgen del Carmen y San Juan

Agradecimiento por la cosecha agrícola.

Pago de penitencias por cosechas.

 

COSTAS

LLANOS

SABANAS

ANDES

 

Velorio de Cruz

3 al 31 de Mayo

 

Cruz de Mayo

Madera sagrada, representa al árbol de la vida, de las flores y frutos. Se hacen peticiones para la lluvia y se rinde homenaje a la naturaleza.

 

ANDES

Grupos Danzantes dirigen la procesión.

14 y 15 de Mayo

San Isidro Labrador

(Patrono del Café)

Protector de buenas cosechas de café, hortalizas y granos. Se pide por cosecha de agua y la fertilidad de cosecha “Quita el agua y pone el sol”.

 

SABANA

Diablos de Yare

Corpus Cristi

Rito agrícola realizado en el arbolito agradeciendo la promesa cumplida.

 

COSTAS

Entierro de la Sardina

Inicio de Cuaresma cierre de Carnavales.

Ritual para atraer abundante pesca.

 

SABANAS

LLANOS

Canto y Baile Tamunangue.

13 de junio.

San Antonio

Agradecimiento por la entrada de lluvias y propiciar buenas cosechas.

 

COSTAS

SABANAS

LLANOS
ANDES

Golpe de Tambor, cantos y cantos de sirenas.

24 de Junio.

San Juan

Fecundidad agrícola y cursos de agua.

 

COSTAS

ANDES

Golpe de Tambor, gaitas, invocaciones y novenas.

Entre los meses Octubre a  Enero.

San Benito

Protección de Cosechas.

“Quita del Sol y pone el agua”.

 

ANDES

Fiestas, cantos, rezos y procesiones.

25 de Octubre.

San Rafael

Protección contra las inundaciones y aguas maléficas, justa distribución de las aguas.

 

ANDES

Baile-Danzante

2 de Febrero

Virgen de la Candelaria

Quema para fertilizar los suelos.

FUENTE: Elaboración propia. Referencias: Fundación Bigott (1998) y Clarke (1981).

* Mastro: fiesta mágico religiosa de los indígenas del Amazonas , la cual tiene sus ancestros en el Brasil, Información suministrada por el Licenciado Promotor Cultural, Cesar Quintero (2002).

 

Referencias Bibliográficas:

Boff, L. (1997) Ecología: Grito de la Tiera, Grito de los pobres. Editorial Trotta. Madrid España.

 

Boff,L. (2001) Cuidar la Tierra. Hacia una ética universal. Ed. Dabar. México.

 

Sagan C. and Agel Jerome.(1973). The Cosmic Connection. Ed. Orbis.

 

García Gallo, G.J. (1985). Filosofía, Ciencia e Ideología, Como la Filosofía se Hace Ciencia con el Marxismo. Editorial Científico-Técnico, La Habana, Cuba.

 

Mosonyi E.E. (1981) Identidad nacional y culturas populares. Ed. Enseñanza Viva. Caracas, Venezuela.

 

Núñez M.A., (2002),  Propuesta de desarrollo rural sustentable. Ed. IPIAT, Mérida,  Venezuela.

 

Núñez M. A., (2005), ¿Chávez en búsqueda del Nuevo Socialismo para el Trópico?

http://www.aporrea.org/actualidad/a13020.html

 

Roman, G. (1979), El papel de la universidad en la formación ambiental. Cenam-UCV, Cisca-Cidiat. Seminario sobre Población Ambiental Mérida, Venezuela.