João Ricardo Moderno

Mitos étnicos

9 de agosto de 2008, Traducción: Nina y Magno

La etnia se ha vuelto ideología. Después de la firma de Brasil en la ONU de la “Declaración de los Pueblos Indígenas”, en septiembre de 2007, en un acto de traición, surgieron múltiples y serias manifestaciones contrarias a ésta, procedentes del Norte y Sur del país. Devorada por dentro por las ONGs multinacionales a servicio de poderes inconfesables, la Amazonia ha sido objeto de debates en el Foro Manaus –Conferencia sobre emprendedor Indígenas, liderada por Raúl Gouvêa. En el contramano de la traición, Gouvêa  trajo representantes de diversos países del mundo. El objetivo es integrar el indio en la sociedad brasileña.

Las tierras, las riquezas, el  agua, el  sol y diversas otras riquezas de la Amazonia son codiciados por países con tradición histórica colonialista y guerrera, los cuales  utilizándose de la perversidad  del asistencialismo de fachada. El asistencialismo es una de las más perversas formas de dominación. Ésta viene sazonada para romper todas resistencias  y ganarse la simpatía de los medios de comunicación y de la opinión pública.

Los indígenas han sido instrumentos internacionales para cumplir el papel de Caballo  de Troya, ya que el virus de la traición a favor de la dominación extranjera es reproducido por partidos, ONGs y personalidades minoritarios. Brasil sólo tiene una Constitución Federal, según la cual, se conforma por un sólo pueblo con diversas etnias. No hay razas puras. Todos tenemos sangre y cultura indígenas. No hay blanco, negro o indio puros.

El mito del indio de hoy como señor de las tierras es demolido por investigaciones arqueológicas. Hasta en Río de Janeiro hay pruebas que constatan la presencia del hombre las cuales se remontan a tres millones de años, conforme los libros de María Beltrão. ¿Quién fue entonces el primero habitante? ¿Cuántos genocidios han sido practicados? Pura demagogia antropológica.