Lee Pera y Deborah McLaren

Traducción. Janeth Solá

Globalización, turismo y pueblos indígenas. Lo que debemos saber acerca de la "industria" más grande del mundo

2004         

El Turismo es sin duda la mayor de las industrias, con un continuo crecimiento anual. El año pasado, los beneficios de la industria del turismo aumentaron a $439 billones de dólares. Mientras los parajes naturales del mundo también están siendo destruidos a un ritmo alarmante, la industria del turismo se está instalando en áreas más remotas y biológicamente diversas, hogar de pueblos indígenas, amenazando nuestro entorno y forma de vida. Según la Organización Mundial del Turismo, en 1998 se constató el movimiento de 635 millones de turistas en el mundo. Para los receptores de este turismo internacional (países anfitriones), la industria del turismo crea dependencia en una economía global inestable que está fuera del control local. Las actividades económicas y los recursos locales cada vez son menos utilizados para el desarrollo de estas comunidades, sino más bien para la exportación y el placer de turistas y consumidores de otras áreas del mundo. Con tan pocas políticas y guías internacionales para restringirlo, el turismo ha dado rienda suelta a su desarrollo en el mundo, conduciendo a un proceso de globalización en el transporte, las comunicaciones y los sistemas financieros.

Esta industria ha sido promovida como la panacea para un desarrollo "sostenible". Sin embargo, de sus supuestos beneficios como generación de empleo, desarrollo de infraestructuras etc., no ha caído ni una gota a las comunidades indígenas.

La destrucción que trae la industria del turismo como la contaminación ambiental y los grandes problemas de gestión de desechos, desplazamientos de comunidades, abusos contra los derechos humanos, trabajo y salarios injustos, desconocimiento de las culturas, etc., han perjudicado a muchos pueblos y comunidades indígenas alrededor del mundo. Recientemente hemos observado la creación de entidades gubernamentales, tratados internacionales y otras políticas sobre "turismo sostenible", pero los pueblos indígenas no han sido invitados a participar adecuadamente en estas políticas, lo que indudablemente tendrá consecuencias negativas.

"El turismo global amenaza a los conocimientos y a los derechos de propiedad intelectual de las comunidades indígenas, a sus creencias religiosas y tecnologías, a sus lugares sagrados, a sus estructuras sociales, a la fauna, a los ecosistemas, a sus economías y derechos básicos, reduciéndolos simplemente a otro producto de consumo agotable."
Deborah McLaren

Turismo y Comercio Global
En el área comercial, la industria del turismo con frecuencia es pasada por alto. A pesar de que para el 83% de los países representa una de sus primeras cinco categorías de exportación, y que responde por aproximadamente un 35% de las exportaciones mundiales de servicios y más de un 8% del total mundial de las exportaciones de productos (Organización Mundial del Turismo), el FMI la clasifica como una estrategia de los países endeudados, y que muchos de sus componentes como el transporte aéreo, los productos agrícolas y las comunicaciones, son importantes elementos comerciales para cada país involucrado en esta gran industria.

El turismo es distinto en el sentido de que moviliza a la gente hacia el "producto", en lugar de transportar el producto hacia la gente. Es dependiente y está ligado a otras áreas de la economía local como la agricultura, la tierra y el trabajo. No es posible analizar los efectos del turismo en las comunidades locales y su rol en la globalización, sin considerar también estas otras áreas. Ya que la liberalización del turismo depende de la liberalización de otros sectores, es importante tomar en cuenta los efectos de las políticas de la Organización Mundial del Turismo en agricultura, derechos de propiedad intelectual, servicios, inversiones, etc., y las posibilidades de que puedan fortalecer el control de la industria mundial del turismo sobre las comunidades locales, y desgastar más las habilidades de las comunidades para convertirse en agentes activos en la toma de decisiones relevantes a su entorno y futuro.

Liberalización del comercio vs. Culturas Indígenas: Conflictos de ética, venta de tradiciones, tierras, cultura, derechos de propiedad intelectual.

La ética de la Organización Mundial de Comercio (WTO), es decir, que el crecimiento económico y la globalización son las principales prioridades, afecta a todos los aspectos de la vida, desde los árboles hasta el saber indígena, al trabajo y a la venta de tradiciones y tierras.

La divulgación de información turística y sus imágenes es extremadamente abundante. Se muestran los pueblos y las culturas en tarjetas postales, en la literatura promocional, e incluso los turistas pueden alojarse en sus propios hogares. El concepto del "derecho a vacaciones" en los países industrializados (cualquier persona con dinero para viajar puede comprar una semana o dos de otra cultura o parte de la naturaleza) origina numerosas y serias consecuencias para los anfitriones de destino y su entorno. El turismo tiene una larga historia de colonización y relaciones desiguales entre pueblos y regiones. Por lo tanto, los efectos del turismo no pueden ser medidos solamente en términos de generación de empleo, nivel de contaminación, desarrollo de infraestructuras, o pérdida de la biodiversidad. Además, hay muchos efectos sociales y sicológicos, muchas veces incalculables, pero que tienen graves impactos y que deben formar parte de un análisis crítico del turismo y sus efectos en las comunidades indígenas.

El turismo incorpora una cultura de consumo en las comunidades, cuyas sociedades y valores no se basan en el poder económico del individuo. El hecho de que el turista busque algo "auténtico", muchas veces conduce a una prostitución de la cultura local, con tal de cumplir los deseos y disfrute del turista. La diseminación de los productos y estilo de vida occidentales ha sido consecuencia del turismo, y que es promocionado activamente por la WTO. De hecho, en el mundo comercial, se ha reducido a la cultura a un producto más, como Debi Barker y Jerry Mander dicen, "los productos fabricados en serie por la cultura popular norteamericana es una de las mayores exportaciones del país". Si la industria del entretenimiento y las comunicaciones continua como hasta ahora, se introducirá forzosamente más cultura fabricada, como Hollywood y Disneyland, en los países y culturas, mientras que sus derechos a proteger sus propias culturas se irán mermando.

La inclusión de productos culturales en la eliminación de barreras comerciales y el incremento del turismo facilitarán el crecimiento de una monocultura del turismo en el mundo. Países, regiones y pueblos deben tener el derecho de procurar que sus culturas prevalezcan ante la cultura de consumo dominante.

Otra amenaza de la expansión de la industria mundial del turismo para las comunidades indígenas es la bio-piratería, que con frecuencia se lleva a cabo bajo el disfraz del ecoturismo. Es preocupante el hecho de que en muchos viajes de "ecoturismo" realizados por científicos, turistas, estudiantes e investigadores, éstos se internan en los bosques para recolectar información sobre las plantas y los ecosistemas locales, usurpando la biodiversidad y, en ciertos casos, atentando con patentar la vida y robando los conocimientos adquiridos y desarrollados durante siglos. Aún así, la visión del mundo de los indígenas no se toma en cuenta, ni son consultados como "conocimiento científico" en la toma de decisiones y en la formulación de políticas sobre bio-exploración.

Algunos pueblos indígenas del mundo que están trabajando para guiar y desarrollar las políticas de Naciones Unidas sobre turismo, propusieron recientemente a la Comisión en Desarrollo Sostenible la siguiente declaración de principios éticos:

Con frecuencia el turismo ha tenido impactos negativos en los pueblos indígenas y en otras comunidades y ecosistemas locales de los que forman parte. Estas comunidades son una diversa mezcla de entornos, culturas, religiones, espiritualidades, género y etnias. El turismo insostenible perjudica el entorno y viola los derechos humanos de las comunidades locales y pueblos indígenas y sus derechos de acceso y propiedad de la tierra y los recursos indispensables para su seguridad alimentaria, autosuficiencia e identidad cultural. Además, comercializa con los pueblos y sus patrimonios culturales, y lugares sagrados, que forman parte de las culturas y conocimientos tradicionales. Por lo tanto, los pueblos indígenas y otras comunidades locales deben disfrutar completamente de sus derechos, tanto individuales como colectivos, y de su libertad sin perjuicios ni discriminación, incluyendo el derecho a rechazar o aceptar el turismo. Además, deberían ser los principales decidores sobre el turismo que tenga impactos en sus culturas y entornos.

Turismo: Mitos y Realidades
Se observa en muchos lugares del mundo que el turismo a gran escala tiende a dominar grandes sectores económicos. El turismo amenaza y muchas veces destruye los medios locales tradicionales de vida, o la autonomía local, y puede arruinar las industrias locales con el aumento del transporte, las comunicaciones, y la infraestructura económica. La liberalización de los sectores económicos como la agricultura o la expansión de otras industrias como la maderera o la minera, también crean las condiciones adecuadas para el desarrollo del turismo, ya que desgastan la autosuficiencia de las comunidades y crea una dependencia en el mercado, sobre el que no tienen control. Por ejemplo, la concentración de empresas agricultoras y los acuerdos de libre comercio como NAFTA han desprovisto a las comunidades de seguridad alimentaria, obligándoles a buscar otra forma de sobrevivir. Por ende, no es coincidencia que aquéllos que han perdido sus tierras o que no tienen mercado para sus cosechas, se han visto obligados a buscar trabajo en el sector de servicios en la industria del turismo, y son cada vez más dependientes de las fluctuaciones del mercado mundial y de las corporaciones que la administran.

El turismo es el empleador más grande del mundo, según datos del World Travel and Tourism Council. Con frecuencia es considerado como creador de empleo y como mecanismo de desarrollo para las comunidades en donde se asienta. Sin embargo, muchas veces, los trabajos creados por el turismo no tienen un salario adecuado, no tienen beneficios, las personas no pueden desarrollar nuevas habilidades, y generalmente no cumplen con los reglamentos laborales. La WTO considera estos reglamentos laborales como "barreras para el libre mercado", pero son una amenaza para los trabajadores de la industria del turismo que ya cuentan con poca seguridad y derechos laborales y que tienen pocas, o ninguna, otra opción de empleo.

Otra grave amenaza a los proyectos de turismo sostenible, es que la WTO prioriza el comercio mundial sobre todas las cosas como autosuficiencia de las comunidades, medio ambiente, derechos humanos, salud y seguridad. Los temas nuevos como la inversión, acuerdos de gobiernos y políticas de libre competencia, limitarán en gran medida las oportunidades de las comunidades de crear alternativas de turismo sostenible. El objetivo de la WTO de "armonizar" las normas al nivel mundial, facilitará el crecimiento de una cultura de consumo, además de desgastar la autosuficiencia de comunidades y regiones. Según Wallach y Sforza en su libro Whose Trade Organization?, "las diferencias en las normas, aunque expresen diferencias en culturas y valores, son consideradas esencialmente indeseables porque fragmentan el mercado mundial".

No habrá manera de hacer cumplir las normas en la industria del turismo, como por ejemplo, acuerdos previos, apoyo a las iniciativas locales o normas medioambientales, dentro de estas normas uniformes globales diseñadas por las grandes multinacionales del turismo.

Debido a las reglas de inversión y las políticas sobre libre competencia, será prácticamente imposible asegurar el control indígena y local sobre los proyectos de turismo. La inversión extranjera directa limitará la capacidad de los países para poner condiciones al tipo de inversiones que reciban, otorgará más derechos a los inversores extranjeros e incrementará la fuga de beneficios del país anfitrión. Para la industria del turismo en que el 90% de los beneficios salen del país anfitrión, esto significa un desastre. Las comunidades no tendrán derecho a controlar qué compañías establecen negocios en sus tierras. Debido a las políticas de libre competencia será imposible para las comunidades y pequeñas empresas desarrollar sus propias alternativas turísticas dentro de un entorno protegido. Los proyectos turísticos gestionados por las comunidades que pretenden aportar al desarrollo de la comunidad, pero que no son su única actividad económica, necesitan especial protección de los gigantes de la industria, si es que quieren tener éxito.

Otros acuerdos de la WTO, como el Acuerdo sobre Medidas de Inversión relacionadas con el Comercio (siglas en inglés TRIMS), y el Acuerdo General sobre Comercio y Servicios (GAT), han sido evaluados en el pasado por críticos analistas de turismo debido al perjuicio que significan para las iniciativas de turismo responsable. Los reglamentos del acuerdo TRIMS restringe el derecho de un país a solicitar a las empresas turísticas que compren materiales locales, y considera ilegal que los países puedan premiar a las compañías que emplean mano de obra local o que tienen buenas prácticas ambientales. En el GAT, la liberalización del comercio en los servicios, permite la fusión de empresas extranjeras o la compra de empresas locales. Por tanto, representan una seria amenaza a las iniciativas turísticas sostenibles de propiedad y gestionadas por los indígenas.

El saber local / tradicional y el poder de decisión deben ser protegidos
"Un error cometido por la comunidad, es mil veces mejor que una solución impuesta por un experto"
(proverbio mexicano)
Para que los pueblos indígenas se conviertan en agentes activos en la industria del turismo, para tener control sobre las iniciativas turísticas, para ser buenas contrapartes con los gobiernos y las industrias, y para participar en las decisiones y políticas sobre turismo, la WTO debe establecer normas para sus actividades según los Tratados y Acuerdos entre los pueblos indígenas y los Estados, y según los actuales o futuros instrumentos como los siguientes:

Declaración de Derechos Humanos de Naciones Unidas
Convenio sobre Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas
Convenio sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas
Convenio ILO 169
Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas

Actual Borrador de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas
Debe existir un acuerdo previo en calidad de protocolo reglamentario para cualquier proyecto turístico. Según Roy Taylor del Proyecto Norteamericano de Pueblos Indígenas y Biodiversidad, un acuerdo previo incluye las decisiones tomadas sobre la base del conocimiento de los pro y los contra de tales proyectos: "cuando las grandes empresas, los militares y los gobiernos toman decisiones, se aseguran de enterarse de todo - pro y contra - sobre el proyecto planificado antes de tomar una decisión. Queremos decir que nosotros también necesitamos esta información. Estamos cansados del 'concepto empresarial' que normalmente promueve solo los beneficios; también debemos conocer los potenciales perjuicios. Este es el distintivo de un acuerdo previo.

Otras políticas y protocolos para proteger el conocimiento, las culturas y las tierras indígenas incluyen los siguientes derechos:

el derecho a decir No a proyectos turísticos.>
acceso a toda la información (negativa y positiva).
acceso a la participación en la formulación de políticas.
apoyo a los modelos y estudios de caso realizados por los pueblos indígenas.
apoyo a diversas iniciativas económicas dentro de las comunidades.
apoyo para el desarrollo de programas de las comunidades indígenas.
Los acuerdos internacionales como la Agenda 21 para proteger los derechos fundamentales de los pueblos indígenas debe suscribirse en cualquier formulación de políticas. Y según el Capítulo 26:

"Reconocimiento de que las tierras de los pueblos indígenas y sus comunidades deben protegerse de las actividades ambientales inadecuadas, o que los pueblos indígenas consideren que son social y culturalmente inadecuadas; Reconocimiento de sus valores, conocimiento y gestión tradicional de recursos con vistas a promover un desarrollo sostenible y ambientalmente adecuado"

La propia estructura de la WTO hace imposible asegurar la implementación y protección de estas medidas para que los indígenas puedan controlar los proyectos turísticos en sus comunidades. El hecho de que los gobiernos municipales y regionales estén sujetos a los acuerdos de la WTO, que son firmados por los gobiernos nacionales (en un ambiente no democrático y de coacción), elimina los derechos de las comunidades a participar en las políticas que les afectan directamente. De hecho, en estos acuerdos, las comunidades no tienen derecho a cuestionar estos reglamentos.

El Departamento de Disputas de la WTO nunca endorsaría unos derechos que fortalezcan la autosuficiencia de las comunidades, en tanto que está compuesto por representantes comerciales e individuos que están a favor de la industria favoreciendo a las grandes empresas en detrimento de las leyes creadas por los ciudadanos de un país para proteger su entorno, su salud y su economía. El incentivo de la WTO para que todos se integren a la fuerza de trabajo y convertirse en consumidores del mercado mundial, no otorga ningún valor a la autosuficiencia, al fortalecimiento de las comunidades, a la diversidad económica, especialmente a los pueblos que prefieren continuar viviendo al margen del sistema capitalista mundial.

Ya que la WTO ha demostrado hasta ahora su naturaleza no democrática y no transparente, nunca podrá servir a los intereses de los pueblos indígenas en el mundo.

Agenda 21 y Los Pueblos Indígenas

"Los pueblos indígenas y sus comunidades representan un porcentaje significativo de la población mundial. Durante muchas generaciones han desarrollado un conocimiento científico tradicional integral de sus tierras, sus recursos naturales y su entorno. Los pueblos indígenas y sus comunidades deben disfrutar completamente de los derechos humanos y las libertades fundamentales sin discriminación. En vista de estas interrelaciones entre el entorno natural y su desarrollo sostenible y el bienestar cultural, social, económico y físico de los pueblos indígenas, los esfuerzos nacionales e internacionales para implantar un desarrollo sostenible y ambientalmente adecuado deberían reconocer, acoger, promover y fortalecer el papel de los pueblos indígenas y sus comunidades".

"Apoyar a los medios de producción alternativos y ambientalmente adecuados para asegurar una serie de posibilidades de cómo mejorar la calidad de vida, de forma que efectivamente participen en el desarrollo sostenible; Fortalecer las capacidades de las comunidades indígenas sobre la base de adaptación e intercambio de experiencias tradicionales, conocimientos y gestión de recursos, para asegurar su desarrollo sostenible; Establecer, cuando sea necesario, los arreglos para fortalecer la participación activa de los pueblos indígenas y sus comunidades en la formulación nacional de políticas, leyes y programas..."