Alejandro Álvarez

Artista visual y estudiante de filosofía

arteawao2003@yahoo.es

Una visión socialista. Ley Orgánica Integral de la Cultura Venezolana

febrero de 2007

La Ley Orgánica Integral de la Cultura Venezolana, debe establecerse en sí misma y, para sí misma  a  través de una auténtica consulta nacional donde cada ciudadano, se exprese y vote por ella; una Constituyente Cultural sería lo ideal. Esto está contemplado en la ley electoral y, su estímulo al proceso y resultado estaría asistido y supervisado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), no dejando  dudas sobre el carácter pleno, protagónico, participativo legítimo de la multietnia pluricultural de los ancestros-contenidos realmente devenidos-emanados de las vigentes necesidades en los ámbitos de las comunas venezolanas, de las profundas manifestaciones definidas y subsumidas conceptualmente desde principios constitucionales de base comunitarias populares; la cuadra de vecinos, la comunidad entera en los consejos locales de planificación pública; abordando la primera fase de aportes; insumos participativos, planificado y auditado  a través del CNE con su técnica electoral. 

También puede participar como vehículo de la cultura, el Ministerio de Educación –ME-,  a través de una estrategia de asistencia logística para los encuentros-eventos de expresión y votación para la ley Cultural, ya que la doctrina educativa ministerial es también Bolivariana y, está apuntando desde rato al estado docente, contemplado esencialmente así en su propuesta  de Ley Orgánica  de Educación; también sin aprobación por el parlamento venezolano y, además el ME cuenta con la infraestructura y registros  educacionales iniciales requeridos para planificar una constituyente cultural; el reunir ciudadanía, en sus colectivos naturales en una red  nacional de planteles educativos en todo el territorio nacional. 

Lo que se necesita actualmente del MC y el CNE es su  voluntad de trabajo para ello y, el banco de datos del quehacer cultural por llamarlo así, de todo el país, para su acceder planificado a  la ciudadanía; ---el  MC el ME y el CNE, tienen la palabra---, intermedio de vía expresa cómoda que  arrojaría un sustancioso e imprescindible registro nacional de pertinentes opiniones a considerar para la ley orgánica requerida sobre la materia cultura.

Implementado un instrumento de procedimiento que en su constitución adecuada  y gradual sistematización metódica sería instrumento consultivo para un sin número de primordiales leyes orgánicas y especiales que necesitan ser propuestas y discutidas desde el seno del pueblo y, en el parlamento para elevarlas a leyes mediante su idónea aprobación como vía axiológica para el Estado de una Cultura Socialista XXI. 

El  MC debería facilitar su inventario toponímico y accesoria técnica para programar eventos de consulta y votaciones a tal fin. En un cronograma comunitario, municipal, estatal, sectorial, nacional, latinoamericano del caribe, andino y también occidental, de la UNESCO y de la OEA,  pues no debe ser ignorada ni es para menos la política  institucional en general y sobre todo de derechos humanos que  junto a los acuerdos en materia ambiental, social educativa y convenios internacionales en materia de economía así lo ameritan.   

Gestiones como las misiones en sus diversas figuras-organizaciones no deben pasar inadvertidas internacionalmente en la opinión pública, debiendo y pudiendo ampliamente difundirse para ser reconocidas y, que exista la posibilidad de que sean adoptadas y adaptadas para cada ámbito territorial foráneo que lo considere. 

Es necesario su transporte a todos las regiones nacionales e internacionales; sería un importante triunfo de adelanto hacia el socialismo a través de una normativa orgánica cultural concisa, breve que facilite el tránsito del quehacer cultural en la legislación y su administración; previendo su enlace y transversalidad con otras materias orgánicas que sobre derecho constitucionales se contemplan a desarrollar; referentes de seguridad social, salud, ambiente, producción endógena, educación, territorialidad, minas, ciencia y tecnología, cooperativismo, trabajo, entre otros. 

La regulación de este vínculo conecta simultáneamente los diversos ámbitos integracionistas del básico fundamental Proyecto de Plan Nacional Bolivariano de desarrollo  espiritual de la Nación y el virtuoso cultural del ciudadano bolivariano en la República socialista de Venezuela para una industria de ideas en red de conocimientos, que no son más que su Cultura como  humanidad.  

Bibliografía.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999.