Alberto Monteagudo Cineasta - docente P.N.I. Nº 1595 - CI 24 221 452 |
Carta abierta a una joven cineasta (Su nombre se ha cambiado para no exponerla a la furia burocrática) 10 de marzo de 2007 |
Querida Alicia:
Respondo tu carta en la cual expresas dudas sobre la utilidad de participar en el "Foro Cinematográfico".
Tu confusión es natural. Aunque como tu dices; dos cosas surgen claramente: 1) Todo este asunto es lamentable (y bastante nauseabundo, cabría agregar) y 2 ) El gremio está atomizado.
Sobre lo primero cabe decir que se repite en el "sector cine" (categoría burocrática), la descomposición que asoma en otros sectores de la gestión cultural (¿lo que tiene que morir y no termina de morir?).
Dos ejemplos rápidos: el crimen de lesa memoria denunciado por Eva Golinger y perpetrado por el Instituto de Patrimonio Cultural en el Cuartel San Carlos , y lo que está sucediendo ahora mismo en el Conac.
Sobre el Foro Cinematográfico solo me cabe expresar estupor por el hecho de que sus convocantes sean Anac, Caveprol, Cámara de la Industria, Cenac y el propio Ministerio.
Nada menos que quienes por acción u omisión son cómplices de haber ALCA hueteado la Ley De Cinematografía hasta transformarla en mas regresiva y entreguista que cualquiera anterior. Ya te habrás enterado que ahora, puestos en evidencia , se suman a mi reclamo porque sea derogada.
Ya de pleno en el tema , hay que anotar, la escandalosa ausencia de planteamientos ideológicos en todo este debate.
El escenario lo ocupan asuntos mezquinos, cuotas de poder y dinero en el fondo ;o asuntos técnicos o de forma.
Al parecer, el oportunismo y la orfandad en el terreno de las ideas, impide responder a una sencilla pregunta: ¿qué cine necesita el país?
Lo que llevaría a dos interrogantes: ¿cómo se haría?, ¿con qué se haría? ¿ con anacrónicas y despilfarradoras Villas del Cine, o con conceptos verdaderamente revolucionarios?
No será desde luego, con esta política cultural cosmética y reaccionaria que se traduce en leyes ALCA como la de cine y de derechos de autor (a las que cabría agregar la de ciencia e innovación, de artesanía, del Libro etc.) más un proyecto de Ley de Cultura divorciado de la realidad revolucionaria del proceso, que surge como por generación espontánea de las hábiles manos de un ministro-prestidigitador que una vez dijo que no veía la necesidad de una Ley Orgánica para la Cultura.
El mismo que no movió un dedo para detener la Ley de Cine cuando le hicimos ver que estaba a punto de firmarse un “ T.L.C. pret-a- porter” con los oligopolios de distribución - exhibición criollos, y que ahora, ante la amenaza de ser tragado por el agujero negro que ha contribuido a crear, saca un Foro Cinematográfico de su galera e invita a discutir sobre hechos consumados como la Villa del Cine, la Distribuidora Amazonia, la entrega de los derechos de los autores (guionistas, fotógrafos, músicos y directores), la Ley Orgánica de Cultura, los centros de formación cinematográfica (ignorados en la Ley de Cine ) etc.
Sobre tu preocupación por la atomización del gremio, hay que anotar que tampoco puede hacerse mucho mientras buena parte de nuestros cineastas sigan en el paradigma del "star sistem"; un torneo de vanidades y codazos por la piñata correspondiente, de donde hemos heredado ceremoniales adecos como un patético remedo de lo premios Oscar de la "Academia" Hollywoodense. ¿Sabrán de la existencia de "Sundance" y de los creativos ( y valientes) cineastas contestatarios estadounidenses?
Responder la primera pregunta no resulta fácil teniendo en cuenta las vacilaciones del gobierno en la aplicación de la Ley de Responsabilidad en Radio y Televisión, y unos PNI (Productores Nacionales Independientes) plagados de testaferros de las propias televisoras.
De modo que no es de extrañar que "Farruco" se mueva con cierta soltura y desparpajo en esa "tierra de nadie" en que al parecer se han transformado áreas estratégicas para el proceso, como la cultura y la comunicación; y que por añadidura se permita la bajeza (inédita en lo que va del proceso) de calificar de "tontos útiles de la Cia" a quienes con más créditos que exhibir, como creadores y como revolucionarios, critican su gestión.
Alguien dijo: "El patrioterismo es el último refugio del pícaro"
Sin embargo, otro sería el cuento si como sucedió con todas las grandes cinematografías del mundo, existiera una política que apuntara a que "el séptimo arte" (que en Venezuela se paga con dineros públicos) se ocupara del los temas que surgen en abundancia en este proceso de cambios profundos y acelerados que vive el país; apuntando (como coincidimos tu y yo) a todo aquello que signifique construcción de nuevos valores vinculados con un replanteo programático y ético del socialismo.
Mutatis mutandi, los yanquis hicieron lo propio cuando en tiempos macartistas barrieron de Hollywood a genios de la dimensión de Orson Welles y Charles Chaplin que mostraron de manera magistral las lacras del capitalismo, contando por cierto con la ayuda de un joven Ronald Reagan, mediocre actor pero "meritorio" patriota que llegaría a la Casa Blanca cabalgando la ola anticomunista.
Creo que en la presente coyuntura, y en la línea de replantear paradigmáticamente el asunto del cine que necesitamos promover, el ejemplo del Film Board de Canadá puede sernos de mucha utilidad. No olvidemos que su creación se fundamentó en la necesidad de integrar un país multilingüe, multiétnico y pluricultural.
En la naciente Unión Soviética, Sergei Einsestein intentó (antes de que la burocracia - que siempre es reaccionaria- le saliera al paso) poner el cine al servicio de un proyecto libertario que en su tiempo fue visto como la esperanza de redención en un mundo en donde, a nombre del patriotismo, un capitalismo desbocado enviaba a los campos de guerra la mano de obra excedente desplazada por una industrialización fanática.
Preguntémonos: ¿Alguien hoy en Venezuela se está planteando llevar a la pantalla (la "grande" y la "chica") historias que hablen de los médicos cubanos y su apostolado? ¿ De lo que significa para una persona, antes analfabeta, poder escribir una carta?¿ Sobre un niño que hasta ayer la sociedad lo trataba como si sobrara, y que ahora concurre a una escuela en donde puede comer y sentirse incluido? ¿Sobre la corrupción disfrazada de roja rojita, desde una perspectiva distinta a la de la oposición fascista?
Por el camino que vamos, de aquí no surgirá algo equivalente a "Memorias del subdesarrollo", "Lucía" , " La muerte de un burócrata" o "Fresa y chocolate".
Los hermanos cubanos tienen mucho que enseñarnos en eso de no confundir la crítica comprometida dentro de la Revolución, con la contrarrevolución apadrinada por la Cia.
Sin embargo la tendencia macro parecería la de pendular entre un cine de héroes épicos desnaturalizados (yo le llamo cine burocrático; que de seguir así pudiera desembocar en lo que Wayda denunciara en "El hombre de mármol") , y un "cine mercancía" al servicio de los peores intereses antinacionales. Todo pagado con dineros de la Revolución.
En el medio de todo esto, como invitados de piedra, existe (como es tu caso) una gran cantidad de talento joven que no encuentra cabida en una superestructura hecha por dinosaurios que algún día fueron briosos combatientes por un "cine nacional", pero que ahora, transformados en patronos feudales, en contubernio con su antiguo "enemigo" el oligopolio distribuidor- exhibidor, entregan conquistas fundamentales para el desarrollo de un cine endógeno y soberano, con el mezquino fin de seguir aplicando el "derecho de pernada" con el cual han venido usufructuando, sin control social alguno, del dinero del Estado.
En esta coyuntura, nuestro mago de ”la” cultura hace lo que mejor le sale y que -hay que reconocerlo- ha elevado a la categoría de arte: Sobrevivir dividiendo. Para ello aplica una receta que ya se ha vuelto clásica: generar unas fraudulentas mesas de trabajo cuyas conclusiones son finalmente ignoradas pero que cumplen con su cometido divisionista y distractor.
Ello le dió resultado en el caso del Conac, al que en tiempos en que era Viceministro, calificó de "estructura burocrática corrompida", y en un acto que mostró tempranamente su talento de mago-prestidigitador, sacó de la galera aquella memorable frase: ¡Tomen el Conac!. Recuerdo cómo la nutrida concurrencia que plenaba el auditorio del Museo de Arte Contemporáneo, entre atónita y entusiasta, aplaudió a rabiar aquel magnífico gesto.
Ahora todos sabemos que se trató de un conejo “preñado de malas intenciones” concebido para justificar la creación del Ministerio "del ramo" (sic) y su promoción como miembro del Consejo de Ministros desde donde nos acaba de regalar un libro de quinientas paginas dibujado "con la cabeza en otra parte" y financiado por su propio despacho. Buen ejemplo de "Moral y Luces"
En aquella oportunidad el truco funcionó ayudado por la la ingenuidad y buena fe - cuando no la falta de formación política-ideológica- de muchos de los participantes, y ¡ojo!, también por una implícita promesa de puestos y "ventajas competitivas" dirigida a los infaltables oportunistas que, como hoy ocurre en el "sector" cine, funcionaron como “caballos de Troya”, erosionando la unidad.
Casualmente fue en ese mismo escenario que un grupo de los “desengañados”, le propinamos la primera gran derrota política. Recordarás cuando en el foro realizado con Nicolás Maduro, impedimos la sanción de la Ley de Cultura cocinada en la anterior (y penetrada) Asamblea Nacional; una indigesta mezcla de la Ley Espinosa-Meyer y Milagros Santana, aderezada por Sesto, que se nos quería meter por el buche.
Hoy el ministro vuelve de nuevo a la carga; ahora con "su" Ley Orgánica de la Cultura. Un proyecto que nadie conocía hasta que, como es su estilo, lanza, sin aviso y sin protesto, como hecho consumado y sin la menor discusión publica ¡ Otro conejo “piche” e inconstitucional! Más ruido a la cacofonía reinante.
Sin embargo, en el caso del cine es probable que las cosas se le compliquen. Aquí tendrá que lidiar con ciertos pegadores de piñata (de varios colores de cachucha) que se saben todas en eso de pagarse y darse el vuelto con los crédito para el cine, y un conglomerado de jóvenes que en su mayoría ignora "por donde van los tiros" pero que ya se les ve arrechos e incómodos en su papel de convidados de piedra (o como ”jamón del sándwich” según la expresión de uno de ellos).
Por eso en el caso del Foro Cinematográfico, me mantendré -como otros colegas que dentro del proceso hemos asumido una bien fundamentada actitud crítica- por los momentos fuera de la foto; no vaya a ser que uno salga retratado con gente con la cual nunca hemos sentido la menor identidad ética e ideológica.
¡Ojo! Con esto no estoy diciendo que le adjudico esa categoría a todos aquellos que de buena fe, y aunque más no sea para ver que se puede hacer (como pudiera ser tu caso), decidan concurrir. Solo aspiro a que estén en guardia; no vaya a pasarles lo que a Lotty Ipinza, sometida por la fuerza y sacada de la sala sólo por reclamar transparencia en nombre de quienes la escogieron como vocera, en la conclusión del "1er Congreso Nacional de la Cultura" ; otro conejo ministerial concebido con el doble propósito de buscar respaldo para ”su” Ley Orgánica de la Cultura, y como sucedáneo burocrático-clientelar a la tan temida (por él) CONSTITUYENTE CULTURAL, un foro donde sin entubamientos como ya se ve en la convocatoria a este tardío Forosobre cine, se trate el estratégico tema del diseño de Políticas Para la Gestión Cultural en un Estado Revolucionario con la seriedad que merece .
Tú sabes, estimada Alicia, que desde que comenzó este proceso, y en la convicción de que una revolución ES CULTURAL, O NO ES, junto con otras voces comprometidas y de manera frontal, he venido denunciando las prácticas “cuartarrepublicanas” claramente neoliberales de la mal llamada “Revolución Cultural “ inaugurada por Manuel Espinosa y perpetuada y ” perfeccionada” gracias al despilfarro fabuloso de recursos de la actual gestión ministerial.
Luego de siete años a la deriva, es lógico que estemos ante la crisis terminal de un modelo de gestión cultural, cuya muerte anunciada se aceleró cuando el actual titular "del ramo" prometió “llevar la cultura venezolana a la altura de las mejores del mundo.”
Un disparate inexcusable en su caso, que parte de la idea de que existen culturas de “primera” y de “segunda”; de lo que se desprendería que lo milagroso de la Revolución Bolivariana es que apareció de la nada, de un pueblo con una historia , tradiciones e identidad, subdesarrolladas en comparación a las mejores culturas del mundo .
Las culturas milenarias de los pueblos originarios a las que ahora mira el hombre civilizado en busca de respuestas ¿en qué grado de desarrollo están según el baremo de nuestro “comandante de la cultura”, como lo calificara su escudero Iván Padilla en el semanario Todosadentro ?
Es hora de que desde los “poderes creadores del pueblo" surja una verdadera alternativa revolucionaria (¿lo que tiene que nacer y no termina de nacer? ) a esta “Torre de Babel” propiciada desde la institucionalidad cultural pública. Allí si valdrá la pena participar.
Para causas como esa de un cambio paradigmático profundo de lo que desde el Estado se ha venido entendiendo como "cultura", es por lo que muchos compatriotas hemos venido combatiendo desde largo tiempo atrás, y por ello pagado el precio correspondiente.
Cine y Revolución (Cultura y Revolución) se necesitan mutuamente. Busquemos su conexión. Recibe un abrazo intergeneracional y solidario
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Alberto |