Willy Aranguren

Director, Galería Municipal de Arte, Barquisimeto

Docente e investigador. AICA, Capítulo venezolano

willyaranguren@hotmail.com      

Rosa Vegas. Artista de Barcelona a carta cabal

octubre de 2005

Podría convertirse en un lugar común expresar que Rosa Vegas es una connotada artista popular. Afirmo que hay más detrás de lo que podría ser esta aseveración, un mundo mucho más rico y auténtico, como bien lo pudo crear, es verdad, el mismísimo Armando Reverón. Por el Occidente del país poseemos un caso similar, en  Yaritagua, a diez minutos de Barquisimeto, en la figura de Domingo Escalona. Pero estos casos se repiten y aparecen, desde el río del inconsciente colectivo venezolano y latinoamericano.

Como en el de Vegas, cercana a Barcelona, Anzoátegui, se trata de una comunión entre arte y vida, por encima del pragmatismo  o de la necesidad, por ejemplo, de poseer una vivienda, un lugar donde vivir. En Vegas, este lugar encarna la poesía, la relación con la naturaleza,  con el barro, con el cual ha construido su hogar, y en el cual perviven diferentes santos  y muñecas. Se trata además de la gran riqueza del sincretismo venezolano y también latinoamericano, donde podríamos hacer otras referencias. Pero, insisto, lo que define a Vegas como artista a carta cabal, más allá de las denominaciones, es su capacidad para crear y crearse su mundo poético, su hábitat, en cada uno de sus espacios, el cuarto, las paredes exteriores, la sala,  los rincones. En todos y cada uno de estos espacios habita el arte como la manifestación más grande del hombre en el universo y eso es que he captado a partir de toda una serie de fotografías y textos  enviados por el amigo Franklin Fernández, por cuanto no he tenido la aventura feliz de conocer a la artista. Intuyo todo un mundo propio donde bien podrían estar contentos Reverón, Aquiles Nazoa, Mario Abreu, Sobeída “la muñequera”, Luis Lucksic y Elsa Morales, por ejemplo. El contexto social es enteramente necesario no para clasificar sino para gozar de este mundo inverosímil pero real de Vegas que una vez más se repite, siendo único, como lo expresan “los poderes creadores del Pueblo”. Intuyo además  una creación que emerge paulatinamente desde la nada hasta convertirse en imagen mágica, religiosa en el más amplio sentido de la palabra, como en las apariciones de vírgenes y santos que suelen o solían contarnos nuestros abuelos, intuyo un profundo humanismo desde las miradas de sus esculturas, de sus muñecas, un sentido prístino de lo inmaculado, una noción latente de lo eminentemente primogénito, una convivencia inusual con los cuatro elementos de creación de la vida y de la naturaleza. En fin siento que estamos ante la presencia de una artista a carta cabal, más allá de otras denominaciones. Rosa Vegas debe ser mayormente conocida y apreciada en los ámbitos de creación del país. Ya Alfredo Armas Alfonso o el gran Mariano Díaz  hubiesen hecho lo acertado.