“Rosa
Vegas amasó el barro para construir su vivienda, es una especie de cabaña
ubicada por los lados de El Viñedo en las afueras de Barcelona, ese es su
refugio, su casa-taller, cada objeto presente refleja su visión del mundo,
la imagen más cercana que nos toca cuando la visitamos, es la de Reverón
en su castillete de Macuto, y no es que ella copie la vida del mago de la
luz, no, este es su reino, que se llena de telas que pinta utilizando
diversos materiales e instrumentos, esculturas que surgen de las paredes,
hombres y mujeres, vírgenes, pájaros que conjuran su soledad. Las obras
que ahora se exponen muestran la enorme capacidad de Rosa Vegas para
expresarse a través de diversos materiales, para construir un universo al
alcance de su mano y de nuestros ojos, un universo de múltiples rostros,
sagrado y profano a la vez”.
Fidel
Flores, agosto de 1999
Texto para catálogo de exposición Sagrado
y profano,
Galería de Arte de la Asamblea Legislativa del Edo. Anzoátegui |


Vistas de la parte externa de su
casa-taller, marzo de 2005 |





Muñecos, piezas en
barro y pinturas ubicados en diferentes lugares de su casa-taller,
marzo de 2005 |
Rosa
Vegas: la que hace muñecos
Rosa
Vegas es una artesana del Viñedo, humilde sencilla y con una gran
creatividad. Sus muñecos atraen por lo que de arte popular tienen, pero
mucho por esa capacidad de reflejar la cotidianidad, de retratar
personajes y revivir escenas que ya se han ido para dar paso a otras más
nuevas.
En el
Ateneo de Barcelona están expuestas sus muñecas, y esa calidad suya está
siendo conocida ahora en Caracas, donde varia de sus muñecas estarán
presentes en la exposición de artesanía que organiza el Museo Jacobo
Borges.
Aquí en
Barcelona podemos disfrutar de su ingenio a través de sus escenas de La
Chica, las Moledoras de maíz, el Zapatero, Velorio de Cruz de Mayo; de sus
personajes populares, políticos y de la cultura.
De ella
habla en el texto que publicamos a continuación el poeta Fidel Flores, en
la presentación de su exposición que se montó con motivo del 25
aniversario del Ateneo de Barcelona.
“Es muy
posible que el instante en que proso este texto. Rosa no esté descansando.
Es difícil imaginarla en reposo, en ella reside la eterna búsqueda, ese
afán por transformar el mundo que le rodea y hacerlo existible, para que
la gente lo pueda disfrutar. Y es que en sus manos cabe el principio de la
transmutación; la posibilidad mágica de sorprendernos a cada momento con
piezas que elabora a partir de materiales tan diversos, que sólo ella sabe
tratar y darle una expresividad particular. Pero Rosa no es únicamente una
artista, es, para decirlo en términos políticos, militante de la
esperanza, tiene la profunda convicción de creer -aún en estás épocas
anómicas- en la gente; su actitud ante el mundo conjuga diversos aspectos
que encuentran en su arte (libre de todo artificio: arte-sanía) el cauce
que motiva el deseo de vivir, no el del creador enfatuado, ajeno a los
procesos que lo rodean, sino como el creador que está en permanente
comunión con el mundo, el que puede en cada momento de su vida sentir la
tristeza del otro, pero que a la vez puede compartir sus momentos de
felicidad, o más aún construir espacios para hacerla factible a partir de
las circunstancias que propician las formas que salen de sus manos
mágicas.
Me hubiese gustado
profundizar en el trabajo creador de Rosa, indagar –por qué no en el
inconsciente de sus muñecas- el sentido que trasuntan sus vestiduras,
penetrar en sus rasgos, ir delicadamente apropiándome de esa ternura que
arropa, pero el momento no es el idóneo; preferí imaginarla, escribir una
nota de cariño, de afecto, de amor hacia alguien para quien la nobleza es
su hacer cotidiano.
Barcelacruz, noviembre
de 1996
Fidel Flores
Tomado de
Diario El Tiempo,
Puerto La Cruz, lunes 2 de diciembre de 1996 |