La
feminidad como producto de consumo, la superficialidad y un
cuestionamiento a las jerarquías sexuales impuestas por la sociedad son
los elementos centrales que forman la exposición Agua de Colonia, de las
artistas Luz María Varela, María Egea y Vanna Tursini, la cual abrió sus
puertas desde el pasado 20 de octubre y se extenderá hasta inicios del
próximo año en la Sala RG de la Casa Rómulo Gallegos, en Altamira.
Compuesta por piezas de pequeño y gran formato
realizadas mediante técnicas como la gigantografía y el collage
fotográfico, Agua de Colonia aborda las representaciones de lo
femenino en el espacio público desde una reflexión de género, es decir,
desde el cuestionamiento de la dicotomía masculino/femenino que jerarquiza
el orden social.
Las imágenes de estas artistas señalan a la mujer
actual enmarcada en una condición de “sacrificio de la identidad en pro
del rating o del mercadeo”, donde se exaltan formas publicitarias en las
cuales se exhiben ampliamente pechos y nalgas, obviando otros valores de
identidad.
“La muestra - señalan las artistas- puede ser
entendida como una ironía sobre la esencia de lo femenino, víctima de un
sistema social que estimula el tener sobre el ser, el placer superficial
sobre la introspección, que utiliza a la mujer como símbolo de deseos y
pasiones carnales.
Una sociedad que la ve como una especie de cuerpo
‘plastificado’, descabezado, impedido de procesar pensamiento alguno.
Mujer igual a estereotipo sexual que vende, y la relación entre sexos como
un encuentro banal sin mayor trascendencia”.
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Obras de María Egea |
Para
las creadoras, la muestra plantea una reflexión en cuanto a la
“explotación” femenina por parte de la publicidad y otros medios que, para
ellas, tiene como fin único propiciar el consumo, la vida fácil y
deslastrar a la sociedad de explorar la realidad con otra mirada. “Esas
imágenes que invaden nuestras ciudades solicitan de nosotros que seamos
ciegos para convertirnos en presas fáciles de aquellos que usan nuestra
sensualidad; ciegos para que no tengamos más norte que la búsqueda del
éxito el triunfo siguiendo modelos preestablecidos”.
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¿Feminidad o feminismo? El
trío de artistas señala que los conceptos sociales sobre la mujer y su
posición en la sociedad deben ser reflexionados.
“Es lamentable -afirman- verificar que, a inicios del
siglo XXI, después de tantos años de buscar respeto, dignidad y equilibrio
entre los derechos de la mujer y del hombre, es cuando más se degradan los
aspectos sagrados de sus cuerpos, asociándolos con placeres y deseos
preponderantemente instintivos. Resulta difícil encontrar que se honre la
capacidad que tiene la energía femenina para intuir, preservar, nutrir,
compartir y organizar; para ser en definitiva un elemento esencial,
estamos seguras, puede actuar ante las fuerzas guerreras destructivas que
se han apoderado de los centros de poder en el mundo”.
Esta reflexión parte de su visión del rol que han
tomado las mujeres en la sociedad, particularmente en la latinoamericana;
donde madre y esposa se refuerzan con trabajadora, empresaria o dirigente.
“Se ha visto un cambio muy positivo entre las mujeres
en los últimos años -comentan- que se expresa en esa búsqueda por parte de
ellas de perfeccionarse, de especializarse.
Puedes ir a cualquier taller o discusión pública y
ves el aforo lleno de mujeres. Y no nos referimos solo a mujeres de alta
posición económica, sino la popular. Desde el cooperativismo hasta la
discusión política, las mujeres han tomado la bandera de la reflexión y
los cambios.
¿Y dónde están los hombres? Afuera en la calle,
bebiendo cervezas”.
Para las artistas, el mundo masculino dominante ha
sido responsable de la debacle que vive el mundo. Es por ello que su tesis
parte de que la energía femenina será la principal generadora de cambios
positivos a futuro. No obstante, aclaran que el propósito de su reflexión
no se centra en una posición feminista bélica, sino en una revisión de las
relaciones hombre-mujer, sus posiciones e interdependencia entre ambos.
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Obra colectiva |
Obra de Vanna Tursini (detalle) |
“El tema real a indagar es qué está pasando con la mujer,
que está pasando con el hombre, cuáles son los problemas que se están
suscitando debido al cambio de sus roles en la sociedad. Las parejas se
están fragmentando, porque hay pocas posibilidades de comunicación y de
definir qué funciones deben cumplir, tanto en la sociedad como en la vida
íntima de la pareja. Ya el estereotipo de la mujer “de su casa” ha
cambiado; ahora tiene que salir a la calle, guerrear con el mundo. Es por
ello que hombre y mujer deben encontrarse de una forma más esencial, que
uno se vea reflejado en el otro para producir un mejor mundo, de
transformaciones positivas”.
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