Los planteamientos, el programa y medidas
políticas del gobierno del "compañero Presidente" como le gustaba que lo
llamaran a Salvador Allende, tienen hoy plena vigencia en el Chile
postdictatorial, concertacionista y neoliberal. Son banderas de lucha
que abrazaran "más temprano que tarde" los estudiantes, trabajadores y
mujeres de nuestro pueblo.
Los logros de la Unidad Popular que no fueron destruidos por el
genocidio sangriento de la dictadura con sus secuelas de terror y miedo,
los ha borrado la llamada "concertación democrática" y sus gobiernos
"socialistas", los que han contado con la entusiasta aprobación del
Imperio norteamericano y la derecha oligárquica chilena.
Resulta vergonzoso para el Chile de hoy el mantenimiento de un sistema
electoral injusto llamado "binominal", encargo del dictador al político
de ultra derecha Jaime Guzmán. Sistema rechazado por las organizaciones
políticas progresistas que hacen vida en el país, sin que hayan logrado
derogarlo. Igualmente nos avergüenza la negación del derecho humano, que
tenemos los chilenos residentes en el exterior para ejercer nuestro
derecho al voto.
En el centro de estas situaciones injustas
está el hecho triste que algunos dirigentes "socialistas" cuando
regresaron del exilio, renegaron de sus ideas revolucionarias y una vez
reinstalados en el gobierno "concertacionista" mantuvieron y mantienen
la constitución impuesta por la dictadura criminal. De ella emanan las
mayores aberraciones que en sus derechos políticos, vive la sociedad
chilena contemporánea: la desaparición de la organización social de la
clase trabajadora y sus derechos como la pérdida de la estabilidad
laboral, el derecho a la organización sindical, el reajuste de sus
salarios y el irrespeto a la jornada laboral de 8 horas. El que se haya
terminado con las empresas que Allende había nacionalizado, las que
sucumbieron ante la voracidad de los intereses transnacionales y del
capitalismo criollo.
De otro lado, la educación chilena es
catastrófica en toda su estructura, desde preescolar hasta la
profesional universitaria, privatizada al máximo es un negocio súper
rentable, nunca en país alguno hubo tantas Universidades. Es
esencialmente una mercancía inasequible a las clases desposeídas,
amén de su mala calidad, por ello observamos las violentas protestas
callejeras de estudiantes y profesores ante la posibilidad de
aprobación de la Ley General de Educación (LGE) que ratificaría el
carácter neoliberal y elítico del sistema educacional chileno.
Las tierras entregadas a los
campesinos, especialmente indígenas volvieron a manos de los
latifundistas y nuevos ricos, quienes, como es público y notorio,
apoyados por las fuerzas policiales represivas, al servicio del
latifundio, han asesinado a dirigentes Mapuches que luchan por
recuperarlas.
La impunidad de estos crímenes, al igual que muchos otros de la
dictadura, cuentan con un Sistema Judicial atado al poder político
de la derecha chilena y su constitución pinochetista. Los deudos y
familiares de asesinados y desaparecidos han tenido que recurrir a
las "Funas": visita-protesta masiva a las residencias o lugares de
trabajo de los responsables de crímenes que viven tranquilamente en
libertad y de esta manera, pedir que se haga justicia. Así ha
ocurrido en el cado de la "Funa" al asesino del compañero Víctor
Jara. (ver video en Documental La funa de Víctor Jara video 1/3 -http://www.youtube.com/watch?v=cD5zX4SA8AY&feature=related)
Ante los crímenes contra la humanidad, vemos que las Comisiones de
la Verdad y Reconciliación, las políticas de "justicia en la medida
de lo posible" y las Leyes de Amnistía, condicionan las
investigaciones y represan las denuncias, acciones y legislaciones,
y contrariamente a la intención para la que fueron creadas, han
permitido que se repitan actos de barbarie, ultrajantes para la
conciencia de la humanidad. La derecha chilena UDI, presentó un
proyecto de Ley para beneficiar a los presos condenados y
procesados por delitos de lesa humanidad ocurridos en el período que
no se encuentra cubierto por la ley de amnistía dentro de la
dictadura. Increíblemente contó con el respaldo de los sectores de
la Concertación gobernante.
La concertación que gobierna Chile, es en lo ideológico,
esencialmente socialdemócrata y democratacristiana, sus personeros
permanecen alejados y renuentes a solidarizar con los logros y
luchas antiimperialistas y de unidad suramericana de nuestros
pueblos. Prefieren mantener una política amistosa dependiente de
alianzas con el imperialismo norteamericano y europeo.
Vergonzosamente se muestran ante el mundo, como un modelito de país
próspero, neoliberal, obediente para con quienes causaron el
derrocamiento del gobierno popular del compañero presidente Salvador
Allende.
Es necesario urgentemente fundar un Memorial Salvador Allende en
Venezuela, como precursor del pensamiento socialista del siglo XXI ,
y por qué no en todos los países de la patria grande suramericana
que aspiran la construcción del socialismo. Son sus discursos,
textos analíticos, artículos de investigación, producción
cultural-artística de sus tres años de gobierno, los que nos
permitirán mantener viva la memoria histórica de ésta
ejemplarizadora experiencia, en una Suramérica conmovida por los
fuertes vientos de cambio que soplan al interior de nuestros pueblos.
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