Rafael Febles Fajardo |
Las dimensiones de mi luna. Mi luna que es mía Un cuento para chiquitos que puede ser presenciado por grandes 6 de abril de 2007 |
Yo tenía un cuarto chiquitico que parecía una caja de fósforos de cabeza amarilla, por que mi techo era amarillo, pero no color de pollito, era más bien un amarillo como el de la luna cuando le pega mucho el sol. En mi cuartico no mandaba sino yo solita. Era un astronauta que en la noche hablaba con mi luna y volaba hacia ella en la nave que hice que no tenía motor, sino alas azules. La luna cabía en mi cuartito y yo también. Un día que estaba aburrida, me puse a pintar estrellas, aerolitos, nubes y mosquitos que pasaban a cada rato y me fastidiaban y no me dejaban pintar bien. No importa los pinté y chocaban con ellos mismos, fue divertido y me distraía muchísimo. En mi cuartico entraba yo solita y nadie más, era mi cueva preferida, nadie sabía donde estaba mi cuartito y así era mejor, nadie lo desordenaba. Después de mañana fui a pasear en mi luna y recogí piedras y fósiles, yo creo que en mi luna vivieron canotauros y terosteros muy grandes que comían hierbas, no eran carnívoros. En la luna había piedras muy grandes, más grandes que los dinosaurios, yo siempre me llevaba el agua, porque allá no había, como cabía en mi cuartito, yo las juntaba y después jugaba con ellas. Mi papá me dijo que todos los niños deben ir a la luna y aprender mucho, pero yo no le decía que yo iba solita, saben porqué, la podían dañar porque es muy delicada y se podía caer. Yo le llevo flores a mi maestra y ramitas que recojo cuando voy a la escuela, veo palomas, muchos pájaros y una vez vi un lagartijo muy pequeño que entró rápido a su casita en la pared. Mi abuelo me dice que tengo pega en los zapatos porque a veces camino muy despacito, lo que pasa que camino y disfruto de las hojas que están en el suelo y a veces recojo algunas, igual que palitos y ramitas. En la acera estaban unos bachacos grandes que llevaban hojitas para su casa, todos iban en fila y otros regresaban, yo les tiré unas hojitas picadas que agarré de una matica, pero no agarraron ni una sola, no importa después la agarran y la llevan para su cuevita en la tierra, porque ellos hacen un hueco y por ahí se meten. Yo quiero hacer lo mismo en mi luna, recoger ramitas y florecitas, aunque yo se que allá no hay porque no hay aire que respiramos en mi cuartito. En la tarde cuando regreso del colegio, me voy para mi cuartito y cuando es de noche me pongo a ver la luna y la invito para mi cuartito, ella le da luz, a su alrededor siempre hay estrellitas, bueno cuando las nubes no la tapan. Yo quiero que todos los niños y niñas vayan para la luna, yo me divierto y juego con ella, a veces no la veo, otras veces no está completa y la que no me gusta es la luna que parece un tobogán, porque dicen que ahí se sienta la bruja. La luna es muy grandísima y me gustaría volar hacia ella, no importa yo lo hago porque me lo imagino, excepto, que quiero ir solita y caminar y caminar, a lo mejor me encuentro un dinosaurio pequeño, eso si, que sea herbívoro y no me coma. Un día en la montaña que queda frente a mi casa vi un pinchosaurio, yo le inventé el nombre, porque tenía una trompa que parecía una abuja, así no, se dice aguja, enorme y ella usaba para abrir huecos en la tierra. Mi mamá me vino a buscar para ir a dormir, no me dejan expresarme, pero no tengo remedio, me voy de mi cuartito, primero me despido de mi luna hasta mañana y dejo todo ordenadito. Mi luna es pequeña, para mi es muy pero muy grande y eso es lo que importa, como veamos las cosas que nos rodean, así aprendemos a quererla y cuidarla, cada vez que paso por debajo de un árbol muy grande, creo ver la luna encima de él y me alegro mucho, por eso, hay que cuidarlos y protegerlos, además los pájaros ponen sus nidos allí y aprenden a cantar. Hay unos árboles que tienen flores, hay uno que le salen flores amarillas y mi mamá me dijo que es el araguaney, es el árbol de mi país que es Venezuela. Para no fastidiarlos tanto, quiero decir que, si cuidamos a la luna de mi cuartito, todos los árboles del mundo y a todas las aves, estamos cuidando al país y también a la gente que vive en él y se me olvidaba que hay algo que debemos usar y que no se desperdicie, saben que es, el agua, buenas noches, hasta luego que me voy a dormir. |