Mario González Valdés "El Huillimario" Ginebra Colaborador y corresponsal de www.clarinet.cl |
En Chile. Hablando de ecología... ¿por dónde vamos? 1 de mayo de 2008 |
El aperturismo chileno y su política de tratados comerciales están llevando, a paso seguro, a Chile hacia su destrucción. Si antes fue su democracia hoy es su geografía y sus recursos naturales que la destruyen. El golpe militar y la instauración por la fuerza de un sistema económico, él que siempre existe y con el beneplácito de toda la clase política chilena, fue el santo y seña preciso para la destrucción de nuestro hábitat natural y la explotación indiscriminada de sus recursos naturales sin ningún control de y por parte del Estado chileno. El Estado mismo pasó a ser prácticamente una libre empresa, como se ha llamado y se llamó su credo, profetizado por los apóstoles del liberalismo. Libre empresa donde el Estado dio paso a la concurrencia, palabra divina en el vocabulario de sus instituciones y entregó la geografía chilena a los voraces apetitos de los grandes clanes económicos y transnacionales. No es necesario recordar que a las pocas semanas de que se bombardeaba La Moneda, los profetas del liberalismo entraban en gloria y majestad a formar parte del gobierno y de la dictadura militar. Sin olvidar por cierto su complicidad y ser parte de un aparato represivo y de la muerte en la desaparición, la prisión el exilio de miles de chilenos. Eliminando todo tipo de oposición. Tampoco olvidar que a su llegada y participación dentro de la dictadura, ya eran y fueron parte de la conjura del golpe militar, comenzó inmediatamente y en forma indiscriminada la rápida desnacionalización de las grandes empresas nacionales y su inmediata y fraudulenta privatización que pasaron desde las manos del Estado chileno hacia las pirañezcas manos de los clanes económicos. Los profetas y apóstoles del liberalismo se convirtieron en un virtual y segundo gran dictador. Y lo fueron. Tenían la fuerza y se tomaron con su participación gubernamental el poder absoluto para destruir la economía chilena e implantar la por ellos profesadas. A medida que la represión se hacía más intensa el poder de los clanes se fue robusteciendo y con ello la amplia libertad que se auto-otorgaron para iniciar el saqueo y destrucción de los recursos naturales de nuestro país...y la privatización no solo de los recursos económicos, si no que también de nuestra propia geografía.. El sector industrial administrado hasta entonces por CORFO, cayó en manos de un yerno del dictador que fue entregando las grandes empresas en transacciones que nunca han sido ni fueron aclaradas. El sector minero y bancario a personajes relacionados directamente con la conjura y hasta familiarmente con Pinochet. El país fue totalmente entregado al libre y voraz apetito de los clanes económicos. Todo por supuesto no se hizo gratuitamente. Pagos y comisiones ocultas fue la moneda de cambio. A medida que iba implantándose el nuevo sistema económico, pagos, comisiones y cuentas secretas iban floreciendo en los paraísos fiscales, mientras en Chile su paisaje comenzaba ser asolado. La minería desnacionalizada y entregada a manos extranjeras. Los recursos naturales a manos privadas...y se sigue aún en lo mismo. Habrá o existe un cierto poder político, aparentemente democrático, con reglas dejadas e instituidas por la dictadura y su Constitución, aún vigente, pero el gran poder, él de las sombras, él económico perdura todavía en las mismas manos. Ese poder tiene aún mayor fuerza. Tienen poder de decisión y él de estar y sentirse protegidos por la misma Constitución...y por el miedo, miedo que aún se mantiene latente entre los chilenos. No hay que olvidar que la actual Concertación y la derecha pinochetista modificaron la Constitución dejada por la dictadura ...y lo han hecho en varias ocasiones, esencialmente para cambiar la durabilidad del y de los gobiernos...a consecuencias del plebiscito de 1988. Se pactó entre otras cosas, la no fiscalización de ningún acto administrativo acontecido durante la dictadura. Es decir, ninguna investigación sobre el saqueo a las empresas del Estado durante la privatización y la entrega de los recursos naturales. Chile sigue siendo entregado ,y lo peor destruido, a empresas y sociedades nacionales y extranjeras, con la complicidad total del Estado y de sus instituciones, además del inmenso poder de los grupos económicos que de una y otra forman participan en la destrucción y usurpación del suelo chileno. Sociedades que no conforme con destruir el hábitat ni siquiera pagan un mínimo dólar de impuesto. Empresas multinacionales y nacionales, han destruido gran parte de la flora y fauna de Chile. El bosque primitivo arrasado y desaparecido. Un árbol milenario en segundos convertidos en astillas, o en el arrogante nombre de chips. Especies vegetales y de animales que ya no existen y o están en vía desaparición. Peces y aves envenenadas a causa de la contaminación de las empresas del papel y la polución no controlada por ningún organismo estatal. El agro contaminado por semillas transgénicas y la utilización desproporcionada de productos químicos cada vez más potentes que contaminan aire, suelos y subsuelo...el agua, por la simple razón de obtener mayores y más rápidos beneficios comerciales, sin importarles el futuro inmediato, no solo de Chile, sino que también de la humanidad. No se debe de olvidar los fondos marinos y la sobreexplotación desmesurada de nuestras costas, hasta la desaparición total de muchas especies propias de nuestro mar y muchas otras en fase de extensión. Todo sin mayor control. El país dejado al apetito comercial de unos pocos, que tienen el poder de hacer y realizar lo que se les de la gana. La falta de una verdadera política ecológica se hace sentir. Lo poco o nada que existe en la materia es solo la voluntad de unos pocos que hacen frente a un genocidio ecológico de graves consecuencias. La respuesta de los organismos del Estado ha sido siempre la represión para hacer frente a la protesta ecologista y a la protección de los intereses de las sociedades contaminantes que no conformes con la contaminar también destruyen la vida natural. A los mapuches, la Nación Mapuche que otrora se extendía desde la rivera sur del Butalebu, el Bío Bío, hasta el golfo de Reloncaví les usurparon sus tierras, hasta destruir el hábitat natural de toda esa extensa nación y los arrinconaron en reducciones. No conforme con ello le siguen quitando su bien más sagrado, su tierra, su mapu. Por allí en lo que era de ellos, se levantan y se siguen levantando centros de diversión y turismo , aserraderos, mansiones y casas de veraneo para aquellos apóstoles de la libre empresa y del liberalismo que han hecho de esa tierra su dominio privado. Chile es un Estado privado, protegido por guardias armados y por sus fuerzas represivas encargadas de proteger esa propiedad, amparados por leyes hechas por aquellos mismos que no solo se conformaron con la usurpación del poder en septiembre de 1973, ni de la violación de los derechos fundamentales de los chilenos, si no que hoy siguen haciendo lo mismo, de la misma forma , de la misma manera. Reprimiendo, destruyendo y contaminando. El ejemplo del wallmapu y la represión hacia nuestros pueblos autóctonos está ,entre otros muchos hechos, para confirmarlo Hace unos pocos meses un fuerte temblor...terremoto en el idioma mundial... sacudió Aysén. Un maremoto se llevó la vida de un grupo de personas de una salmonera, un otro invento del liberalismo económico chileno, que beneficia a unos pocos y que transforma el débil sistema ecológico hasta desequilibrarlo totalmente, como pasó en Chiloé. En Aysén hace mucho tiempo que está temblando, no solo son movimientos de origen telúrico o volcánico, muchos también han sido motivados por el hombre mismo. En el país donde resido, Suiza, en la ciudad considerada capital de la química y de la farmacia, a orillas del río Rhín se encuentra la ciudad de Basilea. Allí hace algún tiempo, en una ciudad o lugar considerado asísmico, tembló y hubieron temblores de resonancia local que han llegado al grado 5, y a veces más, de la bien conocida escala de Richter, como los que se acostumbran a seguir sintiendo en Aysén. En Basilea una empresa suiza realizó profundas excavaciones para depósitos de los desechos ultracontaminantes de la industria químicofarmacéutica. La utilización de potentes y secretos explosivos, utilizados y experimentados en Afganistán y en Irak por el ejército yankee ha sido y fue la principal causa de esos grandes temblores como fue comprobado por una comisión investigadora. Todo quedó ahí, en el secreto, como de sus bancos, de varios centenares de metros en la profundidad del suelo que esperan llenarse de la basura de la industria química. Esa misma empresa suiza ha hecho y continúa haciendo esas "exploraciones" ahora en Aysén y en un futuro no muy lejano en toda la Patagonia, mandadas para explorar el suelo y construir más de algún centro turístico y alguna otra gran industria eléctrica...otros dicen por ahí hasta una secreta planta nuclear en las profundidades del subsuelo de esa región. Otros se aventuran a decir la de una gran reserva de agua en los momentos que el vital líquido comienza a escasear en el mundo entero y será una forma de presión de quién la tenga en sus manos un futuro no muy lejano. Lo cierto es que el apetito de grandes empresas nacionales y extranjeras, en especial aquellas de la electricidad se está saciando en el sur chileno. Con la actitud complaciente, conformista e inmovilista del Estado y sus instituciones el menú, ellos lo tienen bien servido. A cada uno su versión e interpretación sobre esos temblores y su origen. Basilea está demasiado lejos de Aysén, y Aysén, demasiado y cada vez más lejos de Santiago. No se debe ignorar que ese amplio territorio ya está en su mayor parte en manos privadas y extranjeras, dentro de una región considerada por los científicos como una reserva ecológica que debería ser controlada estratégicamente por el Estado. Desgraciadamente no es el caso. El Estado chileno es y está limitado por sus propias reglas, incapaz de cambiarlas, y por la voracidad de los grandes grupos económicos. Por allí se generó la conjura del golpe militar de 1973 y por allí sigue marchando nuestros país, sin querer queriendo, parodiando una frase de un actor mexicano. Ellos tienes las armas, la de su poder y tienen el amparo de la Constitución... Un país privado, un verdadero feudo, como el nuestro, es y está en manos de unos pocos...y en el apetito de la corrupción se compran los señores para seguir destruyendo y entregando nuestro territorio. Chile puede y podrá seguir siendo destruido. Tienen el poder y la libertad para hacerlo, y funcionarios que los avalan. A ellos, a todos ellos no les importa las generaciones futuras, pero a esas generaciones nuevas sí. Y lo tendrán en cuenta. No lo olvidan y no lo van a olvidar. Palabra de chileno... |