No
saldrá Eva de la costilla de Evo;
María
Galindo; Mujeres Creando
Dicen sin vergüenza que
ha ganado el "Poncho y la Corbata"
Es
tan profundamente seductor, envolvente y magnético el triunfo de Evo
Morales que dan ganas de haberse sumado a las decenas de mujeres cocaleras
que organizaron y prepararon la merienda para los cientos de periodistas
extranjeros que el día de las elecciones desayunaron sopa de pescado con
él en Ibirgarzama, el pueblo del Chapare donde votó Evo.
Nos
hubiésemos levantado junto con ellas de madrugada para tener tiempo de
lavar en el río y entre las piernas cientos de pescados frescos,
nos hubiésemos cortado con ellas los dedos para condimentar con sangre el
acompañamiento de torres de papas y de plátanos y de yucas y de arroz.
Nos hubiésemos sumergido, con los pezones erectos de emoción, en
el trajín de servir los platos rápidamente para que ellos pudieran hacer
sus preguntas y Evo y su comitiva de hombres y más hombres pueda
responder y además desayunar bien en una jornada histórica para ELLOS.
En Bolivia dicen sin vergüenza que ha ganado el "Poncho y la
Corbata", metáfora que dicen sintetiza la unidad de la
"Patria" y el cambio histórico que se ha producido.
El
Poncho es del indio y la corbata es del caballero.
Y
la Patria no es madre sino Padre y no representa la sociedad, sino el
poder.
Salta
a los ojos sin disimulo no la exclusión de las mujeres, sino el uso
servil de cientos de nosotras en las tareas históricas que las izquierdas
nos han reconocido por siempre y hoy los indigenismos perpetúan; lavar,
cocinar, servir y organizarlo todo con silencio de mudas, con emoción de
sumisas, con paciencia de esclavas y por supuesto con devoción de amantes
que aportan con placer las noches del caudillo y sus comitivas de turno.
Claro
que esto es cosa menor por supuesto que ningún periódico lo comenta y
que ningún analista lo resalta, porque nadie lo ve. Y sobretodo porque en
ningún lugar en el mundo, ni en el Norte ni en el Sur, se concibe un otro
lugar para las mujeres en el cambio social y sobretodo un otro cambio
social.
Evo
es hermoso, su piel es café como el cacao, su trayectoria política es de
marchas y más marchas y su antimperialismo es hoy la condición más
importante.
Que
sea un padre irresponsable que no pasa pensiones familiares y que hasta se
haya negado a reconocer en su momento a su hija no ha tenido, no tiene, ni
tendrá ninguna importancia, ninguna. Es más, quizás lo hace más
"auténtico", sobretodo porque Evo no es Eva y ninguna cuenta
tiene que dar sobre su cuerpo, sus afectos y defectos.
La
dignidad que reclama Evo al mundo no es la dignidad de las mujeres, es la
dignidad de los pueblos indígenas y una con otra no son equivalentes. Una
y otra dignidad aunque en la teoría debieran ser dignidades paralelas,
dignidades análogas, dignidades hermanas, en la práctica política es
hoy una vez más demostrable que patriarcalmente es posible reclamar una y
negar la otra. Patriarcalmente es posible la fraternidad entre caballeros
e indios cimentada en la innombrable servidumbre de las mujeres.
Evo
apela también a la "retórica de género" de los partidos
neoliberales. Introduce una cuota mínima de mujeres en sus listas cuota
irrisoria por lo demás (De 15 diputados uninominales 1 sola mujer). Pero
más allá de eso se alía además con las ONG que han representado la
tecnocracia de género para plantear la alteridad y la paridad de las
mujeres en la Asamblea Constituyente. Alteridad y paridad que será una
cuota biológica negadora de la representación política directa de las
mujeres. Y sobretodo cuota que será un freno neutralizante de la
representación autónoma no partidaria de las mujeres en la
constituyente.
El
reclama la dignidad de quechuas y aymarás y se refiere a la de los
hombres de esas culturas. Reclama la cultura de los pueblos originarios y
se refiere al "derecho" de acceso al poder por parte de los
hombres de estas culturas. La reivindicación entonces se resume y consume
en el acceso al manejo del Estado.
El
peso simbólico del color de su piel, el peso simbólico de la choza sin
luz ni agua donde él ha nacido convulsionan los racismos de la
sociedad boliviana y entonces Evo se convierte en una dosis de esperanza
que las gentes no probabamos desde hace 20 años. Evo es un bálsamo con
el que la sociedad ha decidido untarse las penas y los cansancios .
El Estado dirimidor de todas las relaciones sociales
Evo balsámico quiere pasar el examen; manejar el Estado,
llevarse bien con el ejército donde se siente como él mismo dice
"un soldado más", quiere ser balsámico y llevarse bien con
banqueros y empresarios dándoles oportunidades para que no se piense que
un "indio" es destructivo.
Quiere
ser balsámico con los movimientos sociales y constituirlos en parte de la
gobernabilidad. Quiere ser balsámico con las regiones y ensayar una suma
de todas las fuerzas posibles a su gobierno.
Hasta
ahí y después de años de convulsión social, de corrupción desmedida y
de atascamiento en todos los sentidos lo que nos trae Evo son buenas
noticias y en el país con más o menos diferencias todas las fuerzas
sociales han augurado lo mejor a su gobierno.
Así
el Estado amenaza con convertirse con Evo en el dirimidor y devorador
de todas las relaciones sociales y de todos los escenarios públicos.
Indias, Putas y Lesbianas juntas revueltas y
hermanadas
Conocedoras de la forma como el neoliberalismo ha utilizado y
utiliza la fuerza de trabajo de las mujeres como colchón barato de
sobrevivencia le plantearemos a Evo los desafíos de las deudoras, de las
insolventes, de las migrantes que son exiliadas del neoliberalismo.
Conocedoras
de la forma como las Iglesias Católica y Sectas Cristianas predican la
sumisión de las mujeres, condenan el divorcio y someten a humillaciones a
los niños y niñas de madres solteras en sus escuelas, le plantearemos a
Evo el Estado laico y la soberanía de las mujeres de su propio cuerpo a
través de la educación sexual.
Conocedoras
de la forma como el estado extorsiona a las mujeres en situación de
prostitución a través de la mutilación de sus cuerpos para convertirlos
en vagina, le plantearemos a Evo el seguro integral para todas ellas,
seguro que únicamente restituye la integralidad de sus cuerpos.
Como desobedientes culturales que no vemos en las culturas originarias
ningún purismo, ni ningún modelo de perfección desmontaremos los mitos
culturales de la complementariedad hombre-mujer de las culturas
originarias.
Nosotras
aceptamos el desafío que se abre de plantear al Estado como el escenario
para muchas cosas importantes y en ese contexto haremos las propuestas que
venimos cocinando por años, pero al mismo tiempo sabemos que la calle es
un escenario no estatal y que la esperanza esta siempre
escondida en la autogestión de los movimientos, en la capacidad de
organizarse y de construir relaciones que no pasen por el Estado, más
aún para las mujeres en la construcción de un sujeto político con voz
propia . Más aún para las mujeres en la construcción de un otro lugar
social que no sea el de clientas baratas de cuotas biológicas.
Muchas
cosas lindas saldrán de este momento histórico .
Muchas
propuestas serán posibles ahora en Bolivia, pero sin duda Eva no saldrá
de la costilla de Evo.
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