Macjob Parabavis

Artista plástico venezolano

arepastv@yahoo.es

La mirada de Candy-candy         

julio de 2005

Para una mejor limpieza lienzos más blancos, marcos más limpios. Nada se oculta en el blanco: ésta es la máxima expresión del deseo de limpieza, como lo son la mayor parte de la producción de objetos artísticos venezolanos en los últimos treinta años. Un arte súper higiénico, armado sobre la base de lo high-tech y aferrado a una concepción tradicional y romántica de las tendencias artísticas pasadas post-minimal o conceptual. Estos objetos son el resultado del exceso y del culto al lustre y a lo complaciente (línea blanca para amas de casa), alejándose de la versatilidad y la pluralidad creativa y del lado profundo de la naturaleza humana. Es obviamente un renglón de prácticas artísticas basadas generalmente en lo sobado, lo obediente, lo predecible, el artificio y en fórmulas expresivas petrificadas. 

Lo sucio o lo feo de lo social y político es llamado "lo anecdótico” y algunos críticos y curadores del arte en Venezuela son irremediablemente supervisores de limpieza y gerentes de productos y servicios para la conservación de la razón cartesiana contra la hegeliana, autoproclamándose como jueces de pautas artísticas contemporáneas

Aquellos objetos artísticos que por su apariencia o contenido estén próximos a lo sucio o a lo feo constituyen una causa de histeria higiénica que atenta contra la belleza que esconde la fealdad y no la afirma (como sucede con toda la estética "barbie"). Es una completa idealización del individuo y de la vida que muestra una sola cara de la máscara donde no vemos, a través del espejo, el diamante y la manzana envenenada. 

Sin embargo, seamos sensatos y alquilemos curadores, alquilemos los museos como salones de fiesta, busquemos periodistas y críticos de arte para los textos de tarjetas de invitación  y preguntémonos entonces: ¿Existe o no una porción de mierda en nuestro cuerpo? ¿Acaso los artistas de los cuates este tipo de arte se sostiene no están muertos, no tienen parásitos, o usan gomina y colorete? 

Esta es la triste historia que no vamos a leer nunca en las páginas de los periódicos o los catálogos sobre las exposiciones de Arte en Venezuela porque todas son fantásticas y pueden superar hasta a Bugs Bunny.

Sigamos chupándonos el dedo y masticando chicle, sobándonos la barriga y mirando el mundo con los bellos colores de Candy-candy.

Quiénes se atrevan a derribar o explotar el mundo Candy-candy serán condenados a escribir páginas como ésta...