Carlos Fuentes comenzó a escribir en La Habana en Mayo de 1960 una de las novelas más importantes del
boom latinoamericano "La muerte de Artemio Cruz".
En ella un magnate mexicano , dueño de periódicos y canales de televisión, recuerda su infancia campesina, los combates de la
Revolución en que llega al rango de general y su posterior enriquecimiento en medio de la corrupción que siguió a esa epopeya
popular. Los herederos rodean el lecho del moribundo atentos sólo a la cuantiosa herencia.
Carlos Fuentes dedicó su novela a C. Wright Mills, llamándolo "amigo y compañero en la lucha de Latinoamérica². Ese escritor
y periodista es el autor de "Escucha, yanquee" en que destaca la batalla de los latinoamericanos por la dignidad y la
justicia social.
Cuarenta años después Carlos Fuentes coloca su pluma al servicio del empresario venezolano Gustavo Cisneros, cuya fortuna supera el
millardo de dólares. Fuentes dice que este empresario representa un valor y un papel político en Venezuela. De paso arremete contra
el Presidente de la República Bolivariana, llamándolo histriónico y populista.
Como Cisneros no invierte real sin posible ganancia es lógico pensar que aspira a la presidencia de un país como ya lo lograron sus
amigos Regan y Bush padre.
Por eso ante la biografía de Cisneros hay que tener ojo pelao y preguntarle a Fuentes: ¿Cuánto cobraste, Carlos?
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