Joaquín López Mujica

Filósofo y músico

j.lopezmujica@laposte.net

La secreta utopía de Isaac J. Pardo (*

A propósito del homenaje que se realiza en el Celarg         

La noticia del otorgamiento por parte de la Universidad Simón Bolívar en Venezuela, de un Doctorado Honoris Causa en la persona de Isaac J. Pardo, es algo mas que un reconocimiento. Tenía tiempo que en nuestro país, sacudido por la tormenta de los cambios, las inculpaciones recíprocas, el egoísmo y la parálisis, unido a la crisis económica, no se hacía una pausa, no se reconocía la rectitud, el apasionamiento por el saber y la devoción por la utopía.

Isaac J. Pardo (1905-2000) fue una de las piezas más resaltantes del pensamiento, la investigación literaria, y la historia intelectual del país. En su obra, ha abordado sin temores ni prejuicios, los grandes temas teóricos, tal como acuñara con vehemencia el profesor Vladimir Acosta, en una suerte de defensa a los quijotes latinoamericanos que desean abordar las preocupaciones universales sobre la utopía, el imaginario clásico o el surgimiento de las ideas estéticas en la América hispana.

La publicación en 1983 de Fuegos Bajo el Agua se constituyó en un hito, de los pocos que existen en la historiografía venezolana y americana. Aquella noticia bibliográfica, hoy puede tenerse sin complejos, como un acontecimiento que en nuestra historia de las ideas, puede ser perfectamente comparable a las proezas de aquel monumento publicado por allá en 1944, titulado De la Conquista a la Independencia de Mariano Picón-Salas.

Guiados por las premisas de Joseph Campbell, Mircea Eliade, Rodolfo Mondolfo o Angel J. Cappelletti, aquello de que la historia humana tiene una unidad en la creación y la invención, es que podemos entender en su justa dimensión los logros del autor. Con su obra cumbre Fuegos Bajo el Agua, emprendió su navegación hacia mares lejanos, donde se encuentran los inmensos problemas teóricos de la humanidad: el progreso continuo, la conciencia mitológica o el renacer de la utopía .

Al plantearse Isaac J. Pardo, la publicación de Fuegos Bajo el Agua fue claro en su propósito y con los signos de su auténtica ortografía abrazó el objetivo de: …contribuir a un rasgo poderoso y eterno del ser humano y a la comprensión de la literatura que trata de exponerlo. Aspiramos a estimular la curiosidad, muy especialmente de la juventud, por lo que ha sido llamada la propensión utópica del hombre

Una constante siempre presente en Isaac J. Pardo -Premio Nacional de Literatura 1984- ha sido el equilibrio que mantiene entre el estilo ecléptico, que en ningún momento es una manera de ocultar un trasfondo movedizo, y la adopción de una postura ante el mundo, ante el hábitat y sus conjuntos.

De su escritura sea ensayo o crónica, citas bibliográficas, o relato humorístico, emergen con igual temperamento, diversas tensiones temáticas, desde las revelaciones de un lector voraz hasta la reivindicación -en medio de un espléndido aislamiento- de la necesidad y posibilidad de un investigador latinoamericano, que solo se redime con los espacios de autonomía que, le brindan los hallazgos de su pensamiento vivo, que nada tienen ni deben a la fama editorial, el espectáculo político o la figuración mediática.

De la obra Esta Tierra de Gracia (1955), escrita con la tesitura de la crónica, diría Miguel Ángel Asturias: …es un pasar la historia patria por un espejo mágico, a fin de sacar enseñanza, de conocer las raíces para investigar mejor los problemas actuales…

Efectivamente, la obra de Isaac J. Pardo, no se le puede encasillar en la estructura típica de una expresión literaria y/o el rigor investigativo. Con La Ventana de Don Silverio (1978) nos muestra mediante un estudio comparativo, de forma holgada, una investigación apegada a los propósitos del autor, siendo su centro vital: lograr deshilvanar los rasgos pretéritos del romancero antiguo, que subyacen en nuestras formas de expresión oral y escrita.

Recordemos, entonces lo que pudo haber servido de sustrato - a otra perspectiva, también brillante- del desaparecido investigador del folklore, Luis Felipe Ramón y Rivera.

Otros investigadores, seguramente emergerán desde el presente, a los fines de re-exponer, y volver a amar la utopía hasta configurar a todo el continente, como algo más allá de su propio rostro, de su ya secreta y escondida alteridad.

* Hemos hechos algunos ajustes de fechas, pues el presente articulo fue escrito antes de la desaparición física del homenajeado. Publicado  en Venezuela Cultural. Nro.32 mayo-junio 1999. Edición Extraordinaria. Ano 3 Numero 7. www.venezuelacultural.com.ve También  Isaac J. Pardo: El Huésped de la Utopía se llamó el homenaje que organizó ICIS-Servicio de Intercambio Cultural Internacional, en el Celarg en 1994.