Alfredo Torrealba

Asesor de la Comisión de Contraloría Social de la Asamblea Nacional

segulac38@hotmail.com

La Organización de Estados Americanos y la elección de José Miguel Insulza: un análisis de las negociaciones diplomáticas

28 de mayo de 2006

I.- LOS SUCESOS:  

La Organización de Estados Americanos (OEA), es el organismo regional más antiguo del mundo [1], cuyo origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington, D.C. entre octubre de 1889 y abril de 1890. En esta reunión se aprobó el 14 de abril de 1890, la creación de la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas (UIRA)[2], primer intento genuino a nivel continental por establecer un coherente espacio político supranacional de encuentro y dialogo multilateral entre las repúblicas americanas. Ésta  organización  nació  dentro   del contexto del  panamericanismo[3] y en 1910 adopta el nombre de Unión Panamericana, mediante resolución de la IV Conferencia Panamericana celebrada en Buenos Aires; evento que enfatizó su carácter político, sin embargo, en muchas ocasiones los intereses económicos hacían que pendieran, subrepticiamente, en una u otra dirección la balanza de poder de la organización.

Logo de la Organización de Estados Latinoamericanos

Logo de la OEA

 

La Carta de la OEA fue suscrita en Bogotá en 1948 con motivo de la IX Conferencia Panamericana y la firma del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas o Pacto de Bogotá. En ese evento se designó a la Unión Panamericana como órgano central y Secretaría General de la nueva organización y, a la vez, se designó a la junta de gobierno de la Unión Panamericana como el Consejo de la OEA. No obstante, desde que el pacto entró en vigor en 1951, la Carta de la OEA ha sido reformada varias veces. Ello se debió a las necesidades para adaptarse al nuevo orden económico internacional y a las necesidades sociales, tecnológicas y científicas de sus Estados miembros.

En este sentido, la OEA fue reformada por el Protocolo de Buenos Aires suscrito en 1967; por el Protocolo de Cartagena de Indias suscrito en 1985; por el Protocolo de Washington de 1992 y por el protocolo de Managua en 1993. Cada uno de estos protocolos presentó una restaurada organización que no olvidaba su objetivo básico (en principio): buscar la integración de la región a través de la realización de proyectos y compromisos multilaterales, aunque en sus estatutos se expresa de una manera más formal la naturaleza de esta organización: 

Los principales objetivos de la OEA, tal y como establecen sus estatutos, son: 1) consolidar la paz y la seguridad en el continente; 2) promover y consolidar las democracias representativas, respetando las políticas de no intervención; 3) prevenir posibles causas de dificultades y asegurar el arreglo pacífico de las disputas que pudieran surgir entre los países miembros; 4) intentar llegar a un acuerdo entre los países en caso de agresión; 5) buscar la solución de los posibles problemas políticos, jurídicos y económicos que pudieran surgir entre ellos; 6) promover, a través de una cooperación activa, su desarrollo económico, social y cultural; y 7) lograr que efectivamente se limite la adquisición de armas convencionales, lo que permitiría que estas grandes inversiones de recursos se destinaran al desarrollo económico y social de los países miembros. (...) Estas enmiendas estatutarias (que para ser efectivas requieren la ratificación de dos terceras partes de los países miembros) fueron creadas con los siguientes propósitos: lograr una mejor integración y desarrollo económico entre las naciones del continente, promover y defender las democracias representativas, ayudar a superar la pobreza y lograr una mejor utilización de los suministros de cooperación técnica. El Protocolo de Washington estipuló que la erradicación de la pobreza extrema era uno de los objetivos primordiales de la OEA, ya que dicho problema constituye un obstáculo para el pleno desarrollo de los pueblos del continente americano [4].

Los principales órganos de la oea son la Asamblea General, la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo Permanente y la Secretaría General. Entre sus organismos especializados se encuentran: el Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura (ciecc), el Consejo Interamericano Económico y Social (Cies), el Comité Jurídico Interamericano (cji), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (cidh), el Instituto Indigenista Interamericano (iii) y la Organización Panamericana de la Salud (ops). Tras la ratificación del protocolo de Managua, un nuevo Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral reemplazó al cies y al ciecc. Por otro lado, el Secretario General, es el responsable máximo de la Secretaría General, es elegido por la Asamblea General por un periodo de cinco años y no puede ser reelegido por más de dos periodos consecutivos. La sede de la Secretaría General se encuentra en la ciudad de Washington (Estados Unidos de América), aunque también cuenta con oficinas en otros países miembros. Finalmente, Los miembros fundadores de la OEA fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba (excluida de la Organización en 1962), República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Con posterioridad adquirieron la condición de estados miembros: Barbados (1967), Trinidad y Tobago (1967), Jamaica (1969), Granada (1975), Surinam (1977), Dominica (1979), Santa Lucía (1979), Antigua y Barbuda (1981), San Vicente y las Granadinas (1981), Bahamas (1982), Saint Kitts y Nevis (1984), Canadá (1990), Belice (1991) y Guyana (1991).

La Organización de Estados Americanos (OEA) es un foro multilateral donde sus Estados miembro dan paso a un diálogo político sobre la pluralidad de temas que la agenda interamericana busca responder para satisfacer las necesidades de la región, y constituye el escenario natural para el desarrollo del Derecho Internacional en el marco interamericano. De hecho, su evolución ha contribuido al enriquecimiento del Derecho Internacional Público, del Derecho Internacional Privado y a la integración de un sistema institucional regional que no sólo ha tenido efectos en el hemisferio, sino que también ha generado importantes contribuciones al Derecho Internacional en general. (...) el papel de la OEA cumple una función ya indispensable en el marco regional para las relaciones interestatales, y su desarrollo depende de la voluntad de cooperación en el foro político que representa la Organización. Por ello, resulta indispensable que la OEA, en coordinación con otras instituciones internacionales y regionales, lleve a cabo programas encaminados a apoyar a los países para consolidar políticas que permitan el desarrollo sustentable de la región. La voluntad política y la fe en cada uno de sus instrumentos jurídicos y organismos representa una evolución integral del sistema interamericano. El apoyo a este mecanismo regional favorece a las instituciones estatales y, en última instancia, a los individuos [5].

Sin embargo, a los ojos de muchos líderes, gobiernos y estudiosos de la confluencia de fuerzas e intereses políticos en la escena internacional del continente americano: la OEA no representa la totalidad de la voluntad política del sistema interamericano, tal cual como lo expone su carta originaria, sino que representa y defiende los intereses particulares de unos países miembros más que el de otros. Esta nocivas sospechas han aumentado la desconfianza en la honorabilidad de la OEA por partes de los gobiernos de los países afectados y han puesto a la Secretaría General de la organización bajo fuertes y magnánimas críticas que sumieron a la totalidad de organización en crisis. Incluso se le ha tachado como una “secretaría más de  Estados Unidos de América para sus asuntos latinoamericanos”. Es decir, la mayoría de las críticas hechas a la OEA se enfocan en que la organización está bajo la constante influencia de Estados Unidos de América, tanto así, que se le ve como el “Ministerio Americano” encargado de los asuntos políticos para la región, el cual sólo vela por crear un mecanismo de concertación política continental funcional a los intereses de ésta potencia mundial.

En este plano de discusión histórica, la OEA no ha podido defender satisfactoriamente la honradez de su principal instancia, la Secretaría General y su principal representante el Secretario General. Por esa razón, en los últimos quince años se ha hecho usual como los países afectados toman grandes intervenciones en las reuniones de la OEA para sacar a flote las circunstancias “clientelistas” en que se maneja la organización y que denotan su falta de credibilidad[6], provocando, como es lógico, gran tensión en el mismo seno de la OEA y, por ende, en las relaciones internacionales del continente.

Ahora bien, una de las crisis más resonadas de la OEA ocurrió en el período comprendido entre finales del año 2004 y principios del 2005, con motivo de la elección del Secretario General. Para Julio de 2004 el Secretario General de la OEA Cesar Gaviria (ex -mandatario colombiano, y quien fuera objeto de grandes reproches por parte de una decena de países por su particular fórmula de velar por los intereses americanos en su gestión <<país que durante su gobierno en Colombia lo apoyó en la lucha contra el narcotráfico con la inversión de millones de dólares en base del Programa Plan Colombia>>), se encontraba ya concluyendo su período de cinco años en  la organización. Por ello, ya desde enero de ese mismo año, las confluencias de los intereses entorno a la elección de un sucesor fueron creciendo aún más en arduo debate en las élites diplomáticas de cada país. Conforme el año 2004 avanzaba, parecía haber un palpable convencimiento que la mayoría de los países americanos apoyarían al candidato de Costa Rica, el expresidente Miguel Ángel Rodríguez.

Miguel Ángel Rodríguez

Miguel Ángel Rodríguez

Así, en Septiembre de 2004 las elecciones no arrojaron resultados sorpresivos y Miguel Ángel Rodríguez es designado el 23 de ese mes nuevo Secretario General de la OEA. La presencia de Rodríguez en la OEA fue producto del consenso para que por primera vez este organismo fuera dirigido por un centroamericano, sin embargo, su llegada a la Secretaría General no indicaba un cambio de rumbo, al contrario, para la mayoría de los países miembros él significaba la continuación del trabajo que venía haciendo Gaviria y la hegemonía de Estados Unidos de América en la organización, país que durante toda la historia de la OEA no había permitido que ningún Secretario General fuera electo sin su apoyo, pero ello se debe más a una situación económica que política:

En rigor de verdad, desde que nació la organización en 1948 fue dominada por Washington, entre otras cosas mediante el poco sutil mecanismo de la financiación. El socio mayor aporta el 60 por ciento del presupuesto total, Brasil y México el 11 cada uno, Argentina el 4,5 por ciento y así de seguido los demás.[7]”.

No obstante, Miguel Ángel Rodríguez no tuvo tiempo de demostrar sus intenciones por cuanto apenas dos semanas después de asumir el cargo él debió renunciar al mismo debido a las acusaciones de corrupción contra él que se presentaron en su país (Costa Rica) y que lo hacían partícipe de haber recibido ilegalmente cuantiosas cantidades de dólares [8], de las cuales, algunas sumas fueron utilizadas para financiar su campaña para la OEA. 

“<<Renuncio al cargo de secretario general de la Organización de Estados Americanos a partir del próximo 15 de octubre>>, dijo Rodríguez en una carta a la que tuvo acceso Reuters y que luego fue divulgada por el organismo continental en Washington. Rodríguez dijo en la carta, de la que Reuters obtuvo una copia, que renunciaba <<para consagrarme exclusivamente a mi defensa y la aclaración de los hechos ante las autoridades judiciales costarricenses>>” [9]. 

La salida imprevista de Rodríguez de la OEA echó por tierra las negociaciones diplomáticas entre los países americanos que se habían estado gestando por más de dos años. Y ahora, con Luigi R. Einaudi[10], como Secretario General provisional, la escena indicaba poco tiempo para negociar satisfactoriamente y en vista de la necesidad urgente de dotar a la organización de un Secretario General reconocido y avalado por todos, las reuniones entre los países no se hicieron esperar. Las concesiones fueron llevadas con sumo cuidado por cada miembro de la organización y si bien se deseaba entre todos aumentar la credibilidad de la OEA, se sabía, para unos miembros, que eso no sería posible si se desaprovechaba la oportunidad y no se elegía a un nuevo Secretario General que no estuviera, al menos, entre los planes de Estados Unidos. En poco tiempo las tendencias diplomáticas fueron concentrándose entre dos grandes sectores: los miembros en contra de la hegemonía política de Estados Unidos en la organización y los miembros que por vínculos históricos, comerciales y financieros apoyaban a Estados Unidos.

Ya para Febrero de 2005 las dos tendencias se repartían en tres candidatos [11]:

Francisco Flores en un primer momento mostró el interés de cierta cantidad de países porque él era centroamericano y como Rodríguez mantenía a su alrededor cierto consenso. Pero el escenario se complicó cuando recibió el apoyo oficial de los Estados Unidos. Desde ese momento su candidatura fue objeto de análisis. Con posterioridad otros países centroamericanos se sumaron en su apoyo:  Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y República Dominicana, y su candidatura comenzaba a tener oportunidad, aunque a la larga éste apoyo no sería suficiente. Por su parte, Derbez recibió el apoyo inmediato de Belice, Bolivia, Canadá, Honduras y San Vicente y Las Granadinas una vez que el presidente Vicente Fox anunciara su candidatura en Diciembre de 2004. La nominación de Derbez, sorprendió al gobierno chileno, que reaccionó nominando a Insulza dos días después. El ministro del país austral sumó el apoyo de la mayoría de los países sudamericanos, como Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Uruguay. Una gira realizada por el Presidente Ricardo Lagos junto a su ministro por algunos países del Caribe, aseguró los votos de la mayoría de los países del CARICOM. El 8 de abril del 2005, Flores retiró su desahuciada candidatura[12], pues no había recibido el apoyo inmediato de Centroamérica. Estados Unidos habría presionado a Flores para que retirara su postulación para evitar su derrota inminente. En este contexto, Insulza representaba una corriente más pro-sudamericanista e independiente, algo que Washington no veía con buenos ojos, por lo que apoyó tácitamente al candidato mexicano y realizó negociaciones para que los países que apoyaban a Flores no votaran por el chileno. Así, antes de la renuncia de Flores el 08 de Abril el panorama electoral del continente se veía así:

Francisco Flores Luís Ernesto Derbez José Miguel Insulza
1

El Salvador

1

México

1

Chile

2

Colombia

2

Belice

2

Antigua y Barbuda

3

Costa Rica

3

Bolivia

3

Argentina

4

Estados Unidos

4

Canadá

4

Bahamas

5

Guatemala

5

Honduras

5

Barbados

6

Nicaragua

6

Paraguay

6

Brasil

7

Panamá

7

Perú

7

Dominica

8

República Dominicana

8

San Vicente y las Granadinas

8

Ecuador

 

 

 

 

9

Haití

       

10

Granada

       

11

Guyana

       

12

Jamaica

       

13

San Cristóbal y Nevis

       

14

Santa Lucía

       

15

Surinam

       

16

Trinidad y Tobago

       

17

Uruguay

       

18

Venezuela

Una vez que Flores renunció las tendencias cambiaron de la siguiente manera:  

Luís Ernesto Derbez José Miguel Insulza

1

México

1

Chile

2

Belice

2

Antigua y Barbuda

3

Bolivia

3

Argentina

4

Canadá

4

Bahamas

5

Colombia

5

Barbados

6

Costa Rica

6

Brasil

7

Estados Unidos

7

Dominica

8

El Salvador

8

Ecuador

9

Guatemala

9

Haití

10

Honduras

10

Granada

11

Nicaragua

11

Guyana

12

Paraguay

12

Jamaica

13

Perú

13

Panamá

14

San Vicente y las Granadinas

14

República Dominicana

   

15

San Cristóbal y Nevis

16

Santa Lucía

   

17

Surinam

   

18

Trinidad y Tobago

   

19

Uruguay

   

20

Venezuela

Pero el día de la elección, el 11 de Abril el panorama adquirió un matiz complejo porque en la primera votación hubo un empate a 17 de bando y bando. 

Luís Ernesto Derbez José Miguel Insulza

1

México

1

Chile

2

Bahamas

2

Antigua y Barbuda

3

Belice

3

Argentina

4

Bolivia

4

Barbados

5

Canadá

5

Brasil

6

Colombia

6

Dominica

7

Costa Rica

7

Ecuador

8

Estados Unidos

8

Granada

9

El Salvador

9

Guyana

10

Guatemala

10

Jamaica

11

Haití

11

República Dominicana

12

Honduras

12

San Cristóbal y Nevis

13

Nicaragua

13

Santa Lucía

14

Paraguay

14

Surinam

15

Panamá

15

Trinidad y Tobago

16

Perú

16

Uruguay

17

San Vicente y las Granadinas

17

Venezuela

El 11 de abril, los ministros de Relaciones Exteriores (o en su defecto, representantes plenipotenciarios) se reunieron para elegir al nuevo Secretario General de la Organización de los Estados Americanos.  Chile  era el favorito y apostaba a contar con al menos 20 votos, dos más que los dieciocho necesarios. Sin embargo, se realizaron tres rondas sucesivas con 17 votos para cada candidato.  Luego  de un  receso  de casi dos horas, se realizaron nuevas votaciones,  manteniéndose  el  empate entre Insulsa y Derbez, por lo que se  suspendió  la sesión y se citó para una nueva elección el día 2 de mayo. Por las informaciones de las cancillerías de relaciones exteriores de varios países, el  empate  de  la  primera  votación  se debió a que los representantes de Bahamas, Panamá y Haití, quienes cambiaron su voto para sorpresa del Ministro de Relaciones Exteriores chileno Ignacio Walker. Por su parte,

“… se dice que, durante el receso, el Secretario de Estado estadounidense, Roger Noriega, habría convencido a Granada para votar por Derbez. Sin embargo, los ministros del Mercosur habrían convencido a la canciller de Paraguay para que votara por Insulza. Paraguay no quería la elección del chileno, debido a que su canciller quería postular al segundo cargo en importancia de la Organización. Si salía electo Insulza, por tradición, no podía ser elegido a continuación a alguien del mismo lugar geográfico. Pero, los representantes sudamericanos convencieron al Paraguay de que, si Insulza no salía electo, tampoco saldría electo Paraguay, por lo que aceptaron cambiar su voto [13].

José Miguel Insulza

José Miguel Insulza

Luis Ernesto Derbez

 

 

 

Luis Ernesto Derbez

A medida que el mes de abril avanzaba, los equipos de cada candidato buscaron la forma de romper el empate con vistas hacia su favor. Y... 

Aunque se especuló sobre la postulación de un tercer candidato de consenso (el canadiense Pierre Pettigrew y el peruano Valentín Paniagua Corazao), los dos candidatos trabajaron arduamente por obtener un voto nuevo y mantener los suyos. Luiz Inácio Lula da Silva apoyó decididamente a Insulza y logró el voto para Insulza de Colombia y Paraguay. Chile logró acuerdos con los votos fugitivos que provocaron el empate. Panamá y Haití confirmaban así su voto para Insulza, el que ya tenía suficiente apoyo como para ganar en una votación [14]. 

Condoleezza Rice, José Miguel Insulza y Luis Ernesto Derbez (en Chile)

Condoleezza Rice, José Miguel Insulza y Luis Ernesto Derbez (en Chile)

Sin embargo, antes de la fecha planteada, y con motivo de la realización de la Cumbre de la Comunidad de las Democracias en Santiago, Condoleezza Rice, en nombre de los Estados Unidos de América, logró convencer a Derbez para que abandonara la carrera. Así, la canciller colombiana Carolina   Barco  anunciaba  el 27   de    abril   en  Santiago,  junto a  los  dos candidatos, el retiro de Derbez para “prevenir un quiebre entre las relaciones diplomáticas hemisféricas”  [15]. El día 2 de mayo se realizó la nueva elección. México y Bolivia se abstuvieron y Perú, luego de un incendiario discurso en contra de Chile debido a la polémica por la venta de armas a Ecuador en 1995, votó en blanco. Insulza recibió 31 votos y se convirtió en el nuevo Secretario General de la Organización de Estados Americanos, específicamente, el número 10:  

Período

Nombre

País

1948 - 1954

Alberto Lleras Camargo

Colombia

1954 - 1955

Carlos Dávila

Chile

1956 - 1968

José A. Mora

Uruguay

1968 - 1975

Galo Plaza

Ecuador

1975 - 1984

Alejandro Orfila

Argentina

1984 - 1994

João Clemente Baena Soares

Brasil

1994 - 2004

César Gaviria
Reelegido

Colombia

Septiembre - Octubre 2004

Miguel Ángel Rodríguez Echeverría

Costa Rica

Octubre 2004 – Mayo 2005

Luigi R. Einaudi
Secretario General Interino

Estados Unidos

Mayo 2005 -

José Miguel Insulza

Chile

Para algunos esto fue un éxito sin precedentes para los países que siempre criticaron la posición hegemónica de Estados Unidos de América en la organización, sin embargo, para otros, la realidad no es tan prometedora:

“Como se trata de la elección de un secretario general es imposible no hablar de los hombres que aspiran a sentarse en su poltrona. Desde el punto de vista norteamericano lo ideal es un ex presidente centroamericano, más obediente a sus iniciativas, un perfil que Flores daba en exceso. Como eso no podía ser, se inclinaban por Derbez, porque con México ya existe una asociación comercial y política más arraigada, el NAFTA. (...) De todas maneras, si la próxima votación arroja una luz de ventaja para Insulza o alguien cercano al Mercosur, la cosa no será tan grave ni irreparable para el Departamento de Condoleezza Rice. Es la opción menos deseada pero no implicará una derrota política de esas que duelen. Washington seguirá teniendo al secretario adjunto, Luigi R. Einaudi, que opera como poder detrás del trono. Excepto el canciller venezolano Alí Rodríguez y su representante ante la OEA Jorge Valero, nadie discute a John Maisto, ex experto en cuestiones de seguridad y antiterrorismo en el Departamento de Estado, la condición de primero entre sus pares [16].

Por otro lado, las verdaderas condiciones que estuvieron presentes en la reunión que permitió que Derbez saliera de la competencia ha encrespado la curiosidad y sospechas de algunas cancillerías de países latinoamericanos, entre ellos, muy especialmente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela. La salida del mexicano Derbez tuvo motivos, motivos muy serios para la cancillería mexicana y chilena, los cuales podían estar relacionadas al giro izquierdista de América Latina y a la posición vanguardista de que tiene Venezuela, tal cual como lo refleja el siguiente informe que habla del Presidente chileno Lagos: 

Fuentes diplomáticas cercanas a la corresponsalía de Prensa Latina en Chile aseveraron que el Presidente Ricardo Lagos tuvo que hacer importantes concesiones a la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, para que Washington viabilizara la salida de Derbez de la porfía. Entre esas promesas, Lagos dijo que trabajaría junto a otras naciones de la región para «monitorear e influir» en el proceso revolucionario venezolano, y favorecería la reactivación del estancado proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas [17].

Información que en poco se relaciona con otras más circunspectas:

Lagos respondió a un periodista estadounidense que Chile insistió en llevar a Insulza a la OEA <<para convertirla en una organización donde podamos discutir los temas que realmente son importantes desde el punto de vista del hemisferio>>. E insistió en que la elección no es una confrontación ideológica, pues los dos candidatos son <<espléndidos exponentes del liderazgo latinoamericano>>. Lo que no puede ser, dijo, <<es que haya un enfrentamiento norte-sur>>, porque no es eso lo que está en juego”  [18].

Finalmente, a manera de conclusión, parece innegable la elección del nuevo secretario general se produce en momentos en que la OEA enfrenta una de sus peores crisis de identidad:   “Pero no se trata de un problema psicológico sino político: el organismo está desacreditado para el hombre común, desde Alaska hasta el Beagle [19]; y esa crisis demuestra la incuestionable y profunda división de valores en el hemisferio: “lo que pasó en la OEA es un síntoma de eso (...)Los gobiernos de América del Sur, con la notable excepción de Colombia, están buscando una mayor autonomía e independencia de Estados Unidos, y creo que Venezuela aprovechó eso para profundizar la brecha, utilizando recursos económicos y una agresiva campaña de enfrentamiento a Washington [20]. Y además, queda reflexionar sobre las fórmulas diplomáticas que incidieron en las negociaciones y de cómo por primera vez en la historia contemporánea del continente, y en las palabras del Vicepresidente Ejecutivo venezolano, José Vicente Rangel:

 

“… finalmente el imperio tropezó con una roca, la unidad de la mayor parte de los pueblos de América Latina. Antes Estados Unidos quitaba y ponía a los secretarios generales de la OEA, no había votación honesta y seria; (...)  Yo aspiro que para (...) mayo esa correlación cambie definitivamente a favor de una OEA soberana, democrática, con participación de todos los estados y no sumisa a los dictados del Departamento de Estado de los Estados Unidos (...)  Este es el bloque de la soberanía contra el bloque del imperio”  [21]. 

II.- ANÁLISIS DE LAS DECISIONES INTERDEPENDIENTES Y COLECTIVAS EN EL PROCESO DE ELECCIÓN DE LA OEA 2005:

No parece inapropiado pensar que la reciente elección de José Miguel Insulza como Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) será recordada como un evento excepcional en la historia de la organización y un hito memorable en la historiografía del escenario político del continente. La llegada del Chileno Insulza rompió con la hegemonía política de Estados Unidos de América dentro de la OEA y por primera vez desde 1948 fue elegido un candidato que no gozaba del  respaldo  de  ésta  potencia  continental.  Estados  Unidos  de América colocó de manera ininterrumpida a su “hombre de confianza” siempre a la cabeza de la OEA por más de cincuenta años, para lograrlo tenía la estrategia de canalizar sus intereses para la región junto con los intereses nacionales de, al menos, la mayoría de los Estados miembros necesarios para la elección de su candidato. Asimismo, el piso táctico eran las negociaciones diplomáticas entre los Estados con el objetivo de alcanzar cuerdos recíprocos y fidedignos como para garantizar el apoyo al candidato norteamericano el día de la elección. De esta forma y gracias a los éxitos alcanzados por los representantes de Estados Unidos, la OEA fue un espacio político supranacional de encuentro y dialogo multilateral entre las repúblicas americanas que respondía, cuando mucho, a los intereses norteamericanos más que a los intereses concertados de las naciones americanas.

Esta tendencia de la organización la sumergió, no pocas veces, en tormentosas críticas y ataques contra su credibilidad por parte de las representaciones de sus Estados miembros, sin embargo, fueron las posiciones “americanas” que tomó la OEA las que le hicieron más daño. Por ejemplo, aún se recuerda como la OEA, bajo la dirección del Secretario General Cesar Gaviria, en Abril de 2002 no tuvo el interés de imponer la voluntad de la Carta Democrática en Venezuela con motivo del golpe de estado que había ocurrido. Una vez controlada la crisis en Venezuela, la actitud de la OEA, quien no deploró lo sucedido, se entendió como una acción condescendiente de la organización para con los golpistas, lo cual, también insinuaba directamente la participación de Estados Unidos de América en el golpe de Estado. Esto, aunado a la tradicional fama intervencionista de Estados Unidos de América en aquellas naciones cuyo modelo estatal es de corte  izquierdista, situó a la OEA en su mayor crisis, por cuanto ya no había duda que este mecanismo que había nacido a favor de los principios democráticos era un simple “ministerio de asuntos latinoamericanos de Estados Unidos de América” y no una institución internacional genuina que representaba los intereses de la mayoría de las naciones del continente.

La llegada de José Miguel Insulza a la Secretaría General también tuvo un valor simbólico debido a que por primera vez se apreció como los países de organización política izquierdista se unían con un amplio sentido de oportunidad, identidad y visión de futuro. Oportunidad, por la perspicacia diplomática que tuvieron países como Chile, Brasil y Venezuela de aprovechar la salida intempestiva de Miguel Ángel Rodríguez de la Secretaría General de la OEA (llevándose con él 2 años de arduas negociaciones de Estados Unidos con los países que lo apoyaban) para promover a su candidato; Identidad, porque parecía correr por los pasillos diplomáticos la reflexión de limitar el papel ingerente de Estados Unidos en los asuntos nacionales de las repúblicas americanas y; Visión de Futuro, por la manera como se planteo la campaña electoral de Inzulza, la cual analizaremos a continuación:

III.- el juego de las decisiones INESPERADAS:

La OEA tiene entre sus inscritos 35 Estados miembros, de los cuales, sólo 34 poseen una representación oficial debido a que en 1962 Cuba fue excluida de la organización por la insistencia de Estados Unidos de América (y el apoyo de una substancial mayoría de países miembros) a no admitir a un país cuyo régimen es contrario a los valores democráticos.  Este escenario nos indica que en la OEA hay 34[22] formas diferentes para presumir una posición política definida sobre los asuntos internacionales en la región. Es decir, dado que la OEA es el organismo de concertación política del continente por excelencia, en su seno se palpa un sistema de decisiones interdependientes y, por tanto, su principal complejidad deriva de la interrelación (o tendencia) entre las decisiones de sus países miembros, más que de las dediciones en sí mismas (Ackoff, 1970) por cuanto el organismo esta constantemente en estado deliberante para asumir posiciones ante diversos hechos sociales de interés comunitario.

En principio, las decisiones de cada Estado son independientes, sin embargo el plano geopolítico y geoeconómico común les confiere un carácter altamente interdependiente por cuanto que en sus decisiones existen elementos causales y consecuenciales cuyo origen o impacto se vinculan a fuerzas sociales cercanas a sus fronteras; y los Estados vecinos tampoco pueden desentenderse de esta realidad. No obstante, debido a la dinámica de discusión de la OEA (con una historia deliberante que data de finales del siglo XIX) las decisiones tomadas no prueban que se avanza en la dirección correcta, pero incluso así, y cómo es de esperarse ocurre. Por ejemplo, cuando se supone además, que cada Estado considera que los demás son tan racionales como él, son capaces de razonamientos parecidos y estarán calculando si emprender tal acción o tal otra, se habla de racionalidad estratégica, que es de la que propiamente se ocupa la Teoría de Juegos o de Decisiones Interdependientes. Igualmente, cuando cada uno sólo se considera a sí mismo como variable y a los demás como constantes, se habla de racionalidad paramétrica. Por otra parte, en estos espacios cada Estado calcula qué es lo que pueden hacer los demás, pero, usualmente, termina llegando a la misma conclusión tanto si piensa que los demás harán una cosa, como si cree que harán otra. Es decir, es un juego con estrategia dominante (hay una opción que es la mejor, hagan lo que hagan los demás). Aquí la estrategia dominante es el egoismo universal (principio filosófico realista), mientras que en contraparte queda la estrategia dominante de la cooperación. Aunque vale la pena mencionar que en otros ámbitos de concertación política no existen estrategias dominantes en el que lo mejor es hacer lo que haga el resto.

De una u otra forma las discusiones en la OEA alcanzan un punto de equilibrio, es decir, de un conjunto de estrategias: sólo hay una que sea óptima frente a las de los otros. Como sólo tiene uno, esta se vuelve la solución (conjunto de estrategias a las que convergen tácitamente los actores racionales con información perfecta). ¿Y por qué en principios estos es así? porque en el fondo las resoluciones de la OEA son planteamientos que inspiran acciones.

Lejos de todo ello, las decisiones interdependientes o colectivas[23] que se alcancen entre los múltiples actores autónomos en los asuntos internacionales y, especialmente, diplomáticos adquieren una faceta mucho más dinámica por cuanto las posiciones internacionales de cada miembro en espacios de concertación como la OEA poseen, en origen, la posibilidad de ser influidas o modificadas, siempre y cuando las negociaciones que ello amerite tengan éxito para las partes interesadas. Salvo las decisiones colectivas, las cuales, presuponen un agregado humano, el cual es compartido por “los muchos”. Las decisiones colectivas son de carácter político, pueden ser económicas, o de otras especies, se caracterizan por propugnar valores innegociables a la naturaleza humana. Así, bajo este marco teórico, veamos cómo las decisiones interdependientes dieron origen a la elección de Insulza para la Secretaría General de la OEA, proceso que llevó a las esferas diplomáticas de los países latinoamericanos a asumir activas, y casi sin precedente, acciones de negociación entre las partes para inclinar en una u otra forma la balanza electoral de la mayoría de los Estados con vistas a un candidato.

La salida de Miguel Ángel Rodríguez promovió un escenario que, casi podría decirse, ningún estado previó, en especial, Estados Unidos de América. No había un segundo candidato natural para una nueva elección. Tanto así, que si bien Miguel Ángel Rodríguez (Costarricense) había llegado al poder por la concertación de los miembros (y expreso apoyo de Estados Unidos) porque el nuevo Secretario General tuviera procedencia centroamericana, ahora, a su salida, esta voluntad americana había quedado en el completo olvido. Sino hubiera sido así, la postulación posterior de Francisco Flores (ex –presidente de El Salvador) como candidato avalado por Estados Unidos habría gozado del mismo respaldo en la comunidad americana[24]. Y al no ser así, y al sentirse una división de los miembros de la OEA entre dos candidatos: Luís Ernesto Derbez (México) y José Miguel Insulza (Chile), los Estados miembros que dirigían las campañas de lado y lado, iniciaron un programa de acción diplomática para tratar de atraer el apoyo del resto de los países hacia sus aspirantes y así, ganar por mayoría la elección.

De buenas a primeras, Estados Unidos, aún conciente de la necesidad histórica de poseer a un Secretario General derechista al mando de la OEA, inclinó su interés por Luís Ernesto Derbez y así, a través de su secretaria  Condoleezza Rice, maniobró diplomáticamente para atraer la atención de los países, que por tradición, siempre fueron aliados estratégicos de Estados Unidos en la Región. Entretanto, Chile inició sus operaciones de igual manera y aunque no tuvo un apoyo general de la comunidad izquierdista, la presencia de Brasil y Venezuela a su lado fue determinante para la creación de alianzas no tradicionales.

Las acciones del presidente chileno Ricardo Lagos por la promoción de su candidato se iniciaron asegurando la alianza con Venezuela, país que aún saborea malsanamente los hechos en que estuvo incursa la OEA en Abril de 2002. Por comunicaciones telefónicas ambos países pactaron una alianza y establecieron que Lagos visitaría a Venezuela en abril para concretar acuerdos de negociación bilateral. Sin embargo, estas acciones, para algunos medios suramericanos, fueron vistas como nocivas para la campaña electoral de Insulza, por considerar que la imagen de Hugo Chávez crearía sospechas alrededor de su imagen. A estas reacciones el canciller venezolano José Vicente Rangel calificó de necias. Por otro lado, la cancillería chilena estaba al tanto que si bien podía ganar aliados con estas acciones, debía declinar de buscar alentadores acuerdos con algunos miembros. Por ejemplo, con Bolivia y los países centroamericanos. Bolivia desde un principio negó la posibilidad de apoyar a Chile con cualquier candidato que presentara porque este país le había históricamente negado la posibilidad de una salida al mar; su actitud de represalia era conocida y segura, en cambio, Centroamérica era otro contexto. La región centroamericana a los ojos de Chile, Venezuela y Brasil era estratégicamente deseable si de apoyo político se hablaba para la elección, no obstante, la presencia de México (semi-potencia caribeña) y las enormes presiones de Estados Unidos hacia la región caribeña tan sólo limitaban las posibilidades de tener apoyo para Insulza, incluso en un país, pero sólo eso, limitaban las posibilidades, no las hacía imposibles. 

En esta secuencia de hechos, Colombia (inseparable aliado americano, aún más después del Plan Colombia); Bahamas (centro turístico tradicional de Estados Unidos); Bolivia (contraria a Chile); Guatemala (país que estaba en deuda con Estados Unidos por la ayuda económica y humanitaria tras la serie de huracanas que visitaron a este país a finales de los años noventa); Canadá, México (aliados comerciales excepcionales de Estados Unidos); Honduras, Costa Rica, Belice, El Salvador, Panamá, Haití, Nicaragua, San Vicente y las Granaditas (históricos centros de inversión americana), Paraguay (quien buscaba la posibilidad de inscribir a un representante suyo como segundo al mando en la OEA), Perú (peruano acusó a Chile de proveer armas a Ecuador en el conflicto entre Perú y Ecuador) y Estados Unidos lograron conciliar diferencias a favor de Derbez.

Del lado contrario, Chile, Venezuela, Argentina, Brasil, Guyana (países cuyo sistema político siempre se caracterizó por ser izquierdista, anti-imperialistas, centros del influencia del MERCOSUR, o incluso, con un sistema político altamente vinculado al socialismo); Dominica, Barbados, Granada, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía (países que integran la Organización de Estados del Caribe Oriental –OECO-, centros de intercambio comercial, cultural y financiero de Venezuela), República Dominicana (hermana menor de la diplomacia venezolana por excelencia, aunque hubo la oportunidad que éste país negó el apoyo al candidato venezolano Burelli Rivas); Surinam, Uruguay, Ecuador (centro de intercambio comercial y financiero de tradición del área de influencia de Brasil y Chile) y Jamaica (país con interés en incluir a un representante suyo en la OEA), igualmente limaron asperezas y delinearon una hoja de entendimiento en donde el apoyo de Insulza, contra toda expectativa, creció hasta formar el 10 de Abril un bloque hegemónico capaz de empatar cinco veces la votación contra el candidato mexicano.

Posterior a esa fecha se pautó un nuevo encuentro el 2 de mayo. Sin embargo, a medida que los días pasaban se hizo evidente que Haití y Paraguay cambiarían su posición por Insulza el día 2 de Mayo, lo cual, aunado a la permanencia del voto de los demás miembros que lo apoyaban se vislumbró como virtual ganador.

La salida de la contienda de Derbez, entonces, lucía ya previsible. El 27 de Abril se anunció lo esperado y a la víspera de la otra elección era muy difícil que no ganara Insulza, aunque otro país inscribiera otro candidato. No obstante, la salida de Derbez de la competencia exigió que Estados Unidos negociara a cambio el compromiso, según algunas fuentes sudamericanas, de Chile. Éste país debería comprometerse a trabajar  junto a otras naciones de la región para monitorear e influir en el proceso revolucionario venezolano, y debería favorecer la reactivación del estancado proyecto del Área de Libre Comercio para las Américas, el cual, ha sido duramente criticado por Venezuela.

Así, en efecto, el día 2 de Mayo Insulza fue electo Secretario General de la OEA, pero vale la salvedad, que la decisión como tal, si bien indica la idea en donde recayó el interés mayoritario de concertación de las unidades de decisión múltiple, actores autónomos, la cual fue tomada en virtud de determinado estado del conocimiento[25], a veces, resultan perjudiciales para las personas o la naturaleza.

El fracaso de la OEA en elegir un nuevo Secretario General agudizó la polarización de las Américas sobre la influencia que debe tener Estados Unidos en la región (de alguna manera se demostró que la OEA no está controlada por los Estados Unidos y que el continente está “liberado de ataduras antiguas, anacrónicas[26]) y puso ya en duda la viabilidad de la próxima organización, la razón se debe a que indudablemente es difícil de creer que Insulza no escape a la influencia americana, pero la pregunta es ¿hasta qué punto esto será cierto?

Finalmente, a manera de resumen, entre los impactos negativos del impasse en la OEA, se puede enunciar lo siguiente a los ojos de Andrés Oppenheimer:

  • Crea una división geográfica de las Américas: mientras Estados Unidos, Canadá, América Central y varios países del Caribe apoyaron al candidato mexicano, la mayoría de países de América del Sur apoyaron al candidato chileno. Esto se da en momentos en que Estados Unidos, México y América Central están configurando en los hechos una gran zona de libre comercio de América del Norte, y mientras Brasil está liderando un bloque diplomático de América del Sur que celebra cumbres anuales sin invitar a México y América Central.

  • Profundiza la creciente escisión política del hemisferio. A pesar de que el candidato chileno Insulza es un socialista moderno y proglobalizacion, el hecho de que fue apoyado por Venezuela y los gobiernos de centroizquierda de Brasil y Argentina ha llevado una percepción en Washington de que hay una división entre los países de ''izquierda'' y de ''derecha'' en la región.

  • Se ha roto la alianza diplomática entre “los dos amigos'”, los gobiernos progresistas y prolibre mercado de México y Chile. En los últimos cuatro años, México y Chile habían coordinado posiciones conjuntas en temas como derechos humanos, democracia y la guerra en Irak. No está claro que esta alianza sobreviva.

  • Amenaza objetivos clave de Estados Unidos en la región, como mantener las fuerzas de paz de América Latina en Haití. El gobierno de Chile dice que no retirará sus 578 efectivos de paz de Haití, pero el tema se votará en el Senado chileno en las próximas semanas. Muchos diplomáticos sudamericanos dicen que el Congreso chileno podría votar en contra, y que Brasil y Argentina podrían seguir sus pasos.

  • Y para ser justos, señalemos que el fracaso diplomático de Estados Unidos probablemente no sea culpa del Departamento de Estado, sino de la Casa Blanca. Fuentes bien ubicadas dicen que funcionarios de alto nivel del Departamento de Estado apoyaban a Insulza, pero que la amistad de Bush con Flores y la cercanía --aunque con altibajos-- con el presidente mexicano Vicente Fox hizo que la Casa Blanca tomara decisiones más basadas en simpatías personales que en consideraciones políticas[27].

 BIBLIOGRAFÍA

Fuentes bibliográficas

  • HERRERA Héctor. PRESENTACIÓN DEL SEMINARIO BIOSEGURIDAD. Oficina de Ciencia y Tecnología. Organización de Estados Americanos. Washington D,C. Estados Unidos de América.

  • Oppenheimer, Andrés. (2005). La creciente división de las Américas. En: CONFIDENCIAL. Semanario De Información y Análisis Político.  Año 9 • Edición No. 433• Del 17 Al 23 De Abril. Nicaragua.

  • Saporiti, Alejandro. (2000). Decisiones Colectivas, Instituciones y Sesgo Institucional: El Modelo del Fijador de Agenda. Universidad del Cema. Buenos Aires, Argentina.

  • Shifter, Michael. (2005). OEA: Empate muestra división en la región. En: LA NACIÓN.  República del Paraguay. 13 de Abril.

  • VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. ENTREVISTA A RANGEL. Vicepresidencia De La República Bolivariana De Venezuela. República Bolivariana De Venezuela. 12 de Abril. 

Fuentes Electrónicas

Notas


[1] Estas ideas se pueden confrontar con (CFR.-): HERRERA Héctor. PRESENTACIÓN DEL SEMINARIO BIOSEGURIDAD. Oficina de Ciencia y Tecnología. Organización de Estados Americanos. Washington D,C. Estados Unidos de América.

[2] La Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas era la primera instancia decisoria de esta organización y  aunque su carácter representativo de la voluntad mayoritaria de los Estados era, cuando mucho, poco influyente en la región, su estructura política sería heredada años después en la futura construcción de la OEA.

[3] El Panamericanismo es un movimiento que pretende fomentar las relaciones y la colaboración entre los estados de América, en el cual algunos observadores han querido ver la peculiar vinculación entre Estados Unidos y el resto de las repúblicas del continente. Este movimiento tiene sus orígenes desde la época de las guerras independentistas americanas a finales del Siglo XVIII y principios del siglo XIX, cuando el sentimiento de asociación entre los países americanos compartían la misma necesidad de desmontar el sistema colonial en la región.

[4] CFR.- Microsoft Corporation. (2005). LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS. En: ENCARTA. Biblioteca De Consulta Microsoft. Estados Unidos De América.

[5] Lamentablemente no se pudo constatar el verdadero origen de este párrafo.

[6] CFR.- Cardozo, Elsa.  (2005). En Ecuador se acumularon las barbaridades. Informe.

[7] MARÍN, Emilio. (2005). La OEA no pudo elegir secretario general. Extraído de: http://www.argenpress.info/nota.asp?num=019950

[8] Las autoridades costarricenses dijeron que Rodríguez, quien gobernó Costa Rica de 1998 al 2002, ha sido llamado a declarar y acusado por un ex colaborador de aceptar un pago de 550.000 dólares de un multimillonario contrato en el 2001 entre la empresa francesa de telecomunicaciones Alcatel CGEP.PA y el estatal Instituto Costarricense de Electricidad (ICE). Tras conocerse el caso en la prensa local de Costa Rica, Rodríguez aceptó que recibió parte del cuestionado dinero, "unos 140.000 dólares", pero a manera de "préstamo" que utilizó para financiar su "campaña para la OEA".

[9] LA COMUNIDAD. (2005). Secretario OEA renuncia tras escándalo de corrupción. Extraído de: http://latinocomunidad.com/lc_domainp3.php?id=57

[10] De nacionalidad Norteamericana.

[11] En un principio Guatemala apostó por el ex canciller Gert Rosenthal; Panamá por su ex canciller Samuel Lewis Navarro; Honduras por el ex canciller López Contreras. Otra opción que se rumoreaba era que se quedase el actual secretario de la OEA en funciones, Luigi Enaudi. También sonaban los nombres del ex vicecanciller de Argentina Jorge Taiana, la ex canciller de Chile Soledad Alvear, el ex presidente peruano Valentín Paniagua y el ex canciller de ese país Manuel Rodríguez Cuadros.

[12] Flores anunció que se retiraba con el argumento de que se corría el riesgo de dividir la región mesoamericana. Pero otros creen que su candidatura era una «crónica de una derrota anunciada».

[13] WIKIPEDIA LA ENCICLOPEDIA LIBRE. (2005). Elección de Secretario General de la OEA, 2005. Extraído de: http://es.wikipedia.org/wiki/Elecci%C3%B3n_de_Secretario_General_de_la_OEA,_2005

[14] Ídem.

[15] Ídem.

[16] MARÍN, Emilio. Op. Cit.

[17] TAMARA, Ernesto. (2005). Washington presiona para aislar a Venezuela: Fracasa en imponer su candidato a Secretario General de la OEA. Extraído de: http://www.liberacion.press.se/anteriores/050506/notas/tema.htm

[18] LA JORNADA. (2005). Tras reunirse con Rice, Derbez retira su candidatura para dirigir la OEA Sábado 30 de abril. Extraído De: http://www.jornada.unam.mx/2005/abr05/050430/003n1pol.php

[19] MARÍN, Emilio. Op. Cit.

[20] Shifter, Michael. (2005). OEA: Empate muestra división en la región. En: LA NACIÓN.  República del Paraguay. 13 de Abril.

[21] VICEPRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. ENTREVISTA A RANGEL. Vicepresidencia De La República Bolivariana De Venezuela. República Bolivariana De Venezuela. 12 de Abril.

[23] Según Alejandro Saporiti, las decisiones colectivas por que en general son inestables, arbitrarias y caóticas. CFR.- Saporiti, Alejandro. (2000). Decisiones Colectivas, Instituciones y Sesgo Institucional: El Modelo del Fijador de Agenda. Universidad del Cema. Buenos Aires, Argentina.

[24] La salida de Flores de la competencia se originó cuando éste desestimó su oportunidad para ganar al notar que no gozaba del apoyo que tenían los otros dos candidatos.

[25] Ese conocimiento nació del manejo reflexivo de un conjunto de alternativas sociales y una sociedad cuyos individuos tienen preferencias sobre dicho conjunto. Representemos estas preferencias por relaciones binarias sobre el conjunto de alternativas; tengamos presente que los individuos pueden tener opiniones distintas sobre las alternativas sociales. La teoría de la elección social estudia el proceso de agregación de las preferencias individuales en una preferencia social. Las decisiones colectivas, entonces, se tomarán a partir de la relación binaria social que se ha obtenido al agregar las preferencias individuales. Más formalmente, dado un conjunto de alternativas sociales, una función de bienestar social asigna a cada estado de opinión una relación binaria. No es difícil darse cuenta de que, en general, existen infinidad de procesos de agregación; algunos parecen interesantes y otros lo parecen muy poco (por ejemplo, la función constante es muy poco interesante ya que la preferencia social no depende de las preferencias individuales).

[26] Palabras de José Vicente Rangel.

[27] CFR.- Oppenheimer, Andrés. (2005). La creciente división de las Américas. En: CONFIDENCIAL. Semanario De Información y Análisis Político.  Año 9 • Edición No. 433• Del 17 Al 23 De Abril. Nicaragua.