Oscar José Fernández

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Nos están matando a nuestros muchachos

octubre de 2008

Aunque parezca metáfora lamentablemente no lo es, realmente vi morir violentamente a uno de mis estudiantes, lo triste es que no pude hacer nada para evitarlo; ni en el aula en la que he tratado de hacer mi trabajo, pretendiendo ir más allá de un sistema que no deja hacer mucho, y  en el cual inevitablemente terminamos yendo mecánicamente a hacer lo que creemos es nuestro deber. En este salón de clases me cuentan sus compañeros que ese día antes de comenzar la clase conmigo, este muchacho que por demás no era mal estudiante y era respetuoso en clases, estaba jugando con un arma de fuego antes de que yo hiciera entrada al mismo. Allí como ya lo dije arriba, no pude hacer nada, mucho menos pude hacer cuando vi salir de un negocio de loterías a otro joven con una pistola y dirigirse a mi estudiante y dispárale en la cabeza. Esa acción generó cierta conmoción o por lo menos eso creí, sin embargo a los pocos meses mataron a otro estudiante no solo de la misma institución sino que además del mismo salón de clases.

Por supuesto que todo esto ha generado en mí una continúa reflexión que aún no acaba, desde mi preocupación y angustia me pregunto;

¿Estamos haciendo lo adecuado?

¿Es esta la educación que merecen nuestros estudiantes?

¿Somos nosotros los educadores, responsables en algún modo de todo esto?

 Las opiniones se dividen, hay quienes dicen que es la sociedad, vista esta como un ente aislado en la cual los docentes no entran y quedan exentos, otros dicen que es el deterioro de la familia,  y unos muy pocos entre los cuales me incluyo creemos que es un fenómeno complejo del cual los docentes no quedamos exonerados. Entre los otros elementos que podemos agregar, encontramos el caso de muchos docentes que se oponen a los cambios que propone el gobierno bolivariano de Venezuela, y lo que hacen es reproducir lo que sabemos que no sirve, pero voy más allá, la burocracia educativa también tiene mucho de responsabilidad en todo esto, pues el funcionamiento de las zonas educativas deja mucho que desear, en mi caso por ejemplo y en vista de que no veía apoyo en la institución para hacer lo que creía debía hacer, solicité una comisión de servicios para irme a trabajar a las comunidades y desde allí con los consejos comunales poder impulsar el quinto motor de la revolución, promoviendo además el tercero que es moral y luces, motor del cual soy facilitador. Sin embargo debo asistir a la zona educativa de mi estado dejando de lado cosas que considero más importantes para llevar por vez 15 unos papeles que en definitiva no sé para que son y que además no dan respuesta, entonces de las instituciones a las que estoy adscrito me piden una constancia que no tengo y que es la zona educativa en asuntos gremiales la que debió emitir dicha constancia hace meses, si eso no es burocracia e ineficiencia que alguien me diga que es. Y este es solo un caso ya hablaré más delante de otros.

 Estudié biología por que creí y creo en la vida como una experiencia mágica del universo. De verdad me he esforzado en llegar al corazón de quienes por cosa del destino se han cruzado en mi camino, vestidos de ganas de aprender. He creído fielmente en el pensamiento de filósofo y matemático Blais Pascal que reza que: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Sien embargo el que se queda sin entender soy yo.

 No entiendo por qué este año ha habido una baja tremenda en la matrícula y aún no se ha decretado una emergencia educativa.

No entiendo como ahora las instituciones educativas privadas han incrementado su matrícula.

No entiendo por qué la formación de profesores en el área de educación industrial está en manos de una institución privada (por lo menos en Aragua, y el instituto tecnológico de la Victoria, pronto Universidad politécnica, acaba de firmar un convenio con la UPEL que es más caro que el instituto privado)

No entiendo como personas que dicen estar con la revolución no se hayan interesado en todo esto, llamo a una emergencia educativa nacional y yo me pongo a la orden como soldado de esta revolución, pero le pido a la gente de la zona educativa de Aragua, ayúdenme a hacer mi trabajo por favor.

Teléfono:

0412-9270224