Lil Rodríguez |
Desagravio a Diego Publicado en Últimas Noticias, Domingo 7 de Noviembre de 2004, en La Cota Lil, p. 82 |
La
pasada semana recibía muy temprano, enviado por amigos de Cuba un correo
anunciador de buenas nuevas: el venezolano Diego Silva se alzaba con el
Premio Casa de las Américas en Composición. El correo contenía el veredicto del premio que luego fue reproducido por la prensa internacional:“El músico venezolano Diego Silva conquistó aquí, por unanimidad, el Premio de Composición Casa de las Américas 2004 por “Custodias de la luz”, una partitura para conjunto de cámara. Tras analizar 41 piezas de concursantes de ocho países, presentadas bajo seudónimo, el jurado otorgó, además, dos menciones: una al argentino Alejandro Civiotti, por “Músicas para marimba y cuerdas”; y otra al cubano Héctor Angulo por “Así se hace la historia”. El Premio, retomado este año para estimular y difundir lo más reciente de la música coral y de cámara de la región, tiene sus antecedentes en un certamen de similares características convocado en 1966 por iniciativa del compositor cubano Harold Gramatges. Silva,
quien se alzó con el único galardón que se confiere en el concurso,
acumula una sólida obra que le ha valido numerosos reconocimientos, entre
ellos el Antonio Lauro, de su país, por tres ocasiones. “Fantástico”
me dije, alegre porque se trataba de una ‘ sobaita’ a la estima
colectiva de los músicos nacionales en la persona del querido amigo. Sin
embargo pasaron los días y solo el sitio
www.aporrea.org
reseñó, y con amplitud, el triunfo del connacional. Luego entraría
una nota en la página de Radio Nacional, la cual, dicho sea de paso,
tiene un canal clásico. Esperé
en vano una gran reseña en los medios impresos y hasta un remitido del
Conac ó del ministro de Cultura esperé, sabedora de la importancia
continental que tiene el Premio Casa de las Américas, y más aún, la re
edición de un Premio a la Música. Nada. Nada de nada. La mezquindad
vuelve a hacerse presente en el territorio unificador del ritmo y la melodía. Así,
en nombre de los músicos, hubo la comunicación con el querido y
talentoso amigo que es Diego Silva.
Sin
sorpresa Mi
asombro por el silencio informativo (oficial y no oficial) no fue
compartido por Diego. “Amiga, deberías saber que hay noticias que
quedan confiscadas según el interés de quien deba transmitirlas. Acá
estoy, atendiendo entrevistas y solicitudes de información de 6 países,
entre los cuales no está precisamente el mío, y más que la ausencia de
la información lo que duele es apreciar cómo se cercena la noticia de
cara al público”. Diego, el guitarrista alumno de Simón Viana y Rómulo
Lazarde; Diego el discípulo de Antonio Estévez; Diego el co fundador
de la Camerata Renacentista de Caracas; Diego el laudista; Diego el
solidario que ayudó a Ernesto Cardenal en el diseño curricular de las
escuelas de Música y los Centros Populares de Cultura en Nicaragua;
Diego, acompañante de Gloria
Martín, Alí Primera, Cecilia Todd, Isabel Parra y Luis Enrique Mejía
Godoy; Diego el compositor interpretado en Estados Unidos, Y
entonces resulta que los venezolanos nos perdemos ese notición del Premio
de Diego, y lo que implica, por desconocimiento ó egoísmo de los
llamados a la divulgación. Y entonces resulta que se nos niega de esta
forma la cuota de auto estima que nos corresponde, además del derecho a
estar informados. Programas de radio y TV “hechos para gente pensante”
pasan agachados frente a este hecho cultural porque desestiman además el
detalle de que más allá de lo pensante, los venezolanos somos “gente
sintiente”. Mientras tanto, en tiempos de cambios, el esquema de los
pensantes sigue siendo eurocentrista, alabando a quienes dicen que
“desranchificaron” la música venezolana
y a quienes suelen saquear de vez en cuando con publicitadas visitas, un
repertorio nacional al que luego no dan crédito.
El
eco Posiblemente
cuando usted esté leyendo esta nota desagravio, en otros lugares del
mundo estén leyendo una entrevista con el compositor venezolano Diego
Silva. Por ella sabrán que Diego Silva
inscribe su obra “Custodias de la luz” en la “Estética del
Sincretismo” y que en ella rinde tributo a la luz, color y movimiento
que en el Caribe somos, homenajeando también al negro Carlos Orta, el
insigne coreógrafo y amigo que hace pocos meses recibió el “favor”
del silencio de los medios al conocerse su muerte en Nueva York. Diego
ha recibido la llamada de muchos panas, entre quienes están Alfredo
Rugeles y Federico Ruiz, y sus
colegas de la Sociedad Venezolana de Música Contemporánea y la Sociedad
Venezolana de Autores y Compositores. Pero entendiendo que un creador
digno merece el abrazo de todos, les invito a escribirle un saludo a través
de su correo
diegosilvasilva@cantv.net Puede
ser que así los que en muchos aspectos siguen a la cola del pueblo, también
lo hagan. Palabras
de Diego “Sostengo
que si las obras o creaciones no tienen "Calle" y especulan en
lo meramente "Académico" o academista, son tesoros sin alma”. “En
Julio, proyecto estrenar la obra "Mi corazón Africano" para
piano y percusión étnica tradicional. Esto será en Londres con la
pianista venezolana Clara Rodríguez y los percusionistas venezolanos
residentes en París Diana Montoya y Orlando Poleo, una suma de academia y
Calle”. “Conozco los rostros de la pobreza, y la pobreza de los rostros esquivos y maquillados para disimular la "Vergüenza étnica". |