Juan Antonio Calzadilla Arreaza

juanant@cantv.net

Simón Rodríguez y las Instituciones republicanas 

16 de mayo de 2006

Dos ensayos llevo hechos en América, y nadie ha traslucido mi plan. En Bogotá hice algo y apenas me entendieron: en Chuquisaca hice más y me entendieron menos; al verme recoger niños pobres, unos piensan que mi intención es hacerme llevar al cielo por los huérfanos... y otros que conspiro a desmoralizarlos para que me acompañen al infierno. Sólo Usted sabe, porque lo ve como yo, que para hacer repúblicas, es menester gente nueva; y que de la que se llama decente lo más que se puede conseguir es que no ofenda.

Carta de Oruro, al Libertador, septiembre 1827.

(El libro de Robinson, p. 31. Siembraviva / Ministerio de la Cultura, 2005) 

El proyecto de creación de Repúblicas de Simón Rodríguez se apoya en un proyecto de Educación Popular que procura generalizar la instrucción, en el ámbito de una sociedad, a TODOS SIN EXCEPCIÓN. La Instrucción General comprende la dotación de Conocimientos que procuren medios para el trabajo, pero también de Ideas o Luces sociales que creen conciencia de la Sociedad en que se vive. Las Luces sociales enseñan a vivir, entendiendo que el hombre sólo puede vivir en sociedad. Tal proyecto sólo se puede poner en marcha a través de Instituciones republicanas, como las que Robinson trató de plasmar en el Hospicio de Bogotá en 1824, o en la nueva República boliviana en 1826. 

Todas las Instituciones republicanas son en mayor o en menor grado EDUCATIVAS, pues el fin que las dirige es la creación de un pueblo: 

En la revolución de los Angloamericanos, y en la de los Franceses, los gobernantes no tuvieron que pensar en crear pueblos, sino en dirigirlos.

(Defensa de Bolívar. El libro de Robinson, p. 32) 

Esto quiere decir CREAR VOLUNTADES, mediante una revolución de las costumbres o moral que transforme la costumbre de obedecer ciegamente en la costumbre de consultar a la Razón. Educar es CREAR VOLUNTADES, es decir, un pueblo capaz de discernir las disposiciones de la Autoridad, de comprender racionalmente la conveniencia general de la decisión o providencia. La Autoridad no debe MANDAR, sino ORDENAR (dar orden) y DIRIGIR: es decir, GOBERNAR. 

UNOS HOMBRES

que se dicen — o que son, en efecto,

REPUBLICANOS

deben afectar — si, en efecto, no las tienen

las  VIRTUDES REPUBLICANAS

y la más recomendable, entre ellas, es

resistir a la Pasión de dominar

 

Sería una impropiedad muy ... notable

el hacer figurar la INTOLERANCIA

entre los Principios Liberales

 

(El libro de Robinson, p. 169)

 

Lo que diferencia, en su mecanismo socio-político, la República de la Monarquía es que en la primera la autoridad se sostiene en la voluntad de todos, mientras que en la segunda la voluntad de uno solo se convierte en Autoridad. La primera es una Autoridad pública, la segunda una Autoridad personal.

(El libro de Robinson, p. 95)

 

Una Autoridad que no se sostenga en la voluntad de todos, sino más bien en una obediencia ciega, que no tolere la protesta ni la crítica, significa una recaída en las costumbres monárquicas. La Institución estaría en manos de una Autoridad personal o despótica, alejándose de la Autoridad pública y racional que pide la revolución republicana.

 

Simón Rodríguez pinta el perfil del Director de la Institución Educativa:

 

[El Director] debe tener INGENIO, porque en muchísimas ocurrencias se verá con las dificultades a solas, y tendrá que apelar a sí mismo para vencerlas [...]

El Director no ha de estar colgado de libritos, ni de mapas, ni de recetas, ni los que lo necesitan han de estar esperando a que salga del Coro, del Tribunal, de las Aduanas, o de la Secretaría de Estado, ni a que vuelva de su hacienda, ni a que haya cerrado el Almacén. Ha de tener cabeza y manos —con cabeza sola sabrá lo que es menester mandar, y con manos solas, lo hará cuando se lo manden [...]

No habrá con qué pagar un Director semejante, si por casualidad exigiese un premio: pero quiere la fortuna que los hombres tan felizmente dotados, tengan una inclinación decidida a ocuparse en hacer bien, y no piensen en atesorar. Es muy fácil obtener los servicios que pide la Dirección, porque los desean hacer; no obstante, es muy difícil reducirlos a una ciega sumisión: el Gobierno los debe tratar con decoro, porque como saben comprar su independencia con el trabajo, no mendigan COLOCACIONES.

(El libro de Robinson, p. 134) 

El desarrollo de una autoridad de tipo personal o monárquico, contribuye a generar, a nuestro modo de ver, lo que Ernesto Che Guevara bautizó como el “Burocratismo”, mediante la mecanización no razonada de los procedimientos y la dependencia lineal del mandato único: si el Director no está o no dice, nada funciona. Se neutralizan entonces los dos objetivos urgentes en la construcción de la institución revolucionaria:

Agilización del aparato estatal

Producción sin trabas y responsabilidad por la producción

(Ernesto Che Guevara, Contra el burocratismo. MinCI, 2004)