Héctor Navarro D.

 

Sobre La derecha no lee... y entiende menos, artículo de Rigoberto Lanz, Publicado el 6 de julio de 2006

19 de julio de 2006

Rigoberto:

El tema aquí es otro: no es fácil, para quien ha sido beneficiado con alguna situación, el convertirse en su crítico. Para ello hay que ser valiente, inteligente y además honesto (simultáneamente). No se requiere ser sabio ni experto. Cuando tu señalas con tu dedo, no importa cuan importante es lo que señales, hay gente que sólo ve el dedo. Recuerdo que en una oportunidad, hace como 15 años, hicimos una asamblea de ASOVAC con el objeto de reclamar que algunos elegidos concentraban prácticamente todos los recursos para la investigación científica y monopolizaban la participación en las comisiones de CONICIT. La respuesta vino de Bemjamín Sharifker. Argumentó que eso no era verdad porque él siempre había estado en las comisiones y además en varias de ellas simultáneamente. El auditorio completo no pudo más que reír a carcajadas porque el señor, que ahora es Rector Magnífico, no entendió la gracia de su propio chiste. Entre paréntesis, yo tengo en mi poder las pruebas de la vinculación de la USB en la recepción de fondos por parte del Gobierno Norteamericano (a través de organismos interpuestos como el USAID) para hacer investigaciones en nuestro país muy parecidas a las que se efectuaron en Chile bajo el nombre, si mal no recuerdo, de CAMELOT y que dieron información importante a la CIA a los efectos de la conducción y el éxito del golpe contra Allende. ¿Es esa ciencia neutral?. ¿Es esa Academia neutral?¿Y donde han estado los académicos?. Normalmente me mantengo al margen de estas cuestiones porque francamente estoy trabajando en otra cosa pero hay que decir que en nuestras "instituciones académicas" lo que existe es una gran hipocresía. Se habla de excelencia académica para encubrir una gran complicidad en materia de rendimiento académico, profesores que no ascienden (repitientes crónicos), incumplimiento con las obligaciones formales de la Universidad, bajísimo rendimiento académico, autoridades que no tienen el doctorado. Es decir que la tal excelencia académica no es capaz de cumplir con sus propios postulados y por ello ¿será posible pedirles que entiendan que el mundo no es estático, que no existe la verdad absoluta, que no estamos ante el fin de la Historia, que ellos no son la última cocacola en el desierto? y que, en definitiva, del universo conocemos una muy pequeñita parte en tiempo y en espacio y los conocimientos que en nuestra soberbia  creemos inmutables lo son sólo en función de nuestra pequeñez. Por eso los enanos chiquitos juran que no es posible pensar en otro mundo o en otros mundos. Yo, por mi parte, me quedo con Don Quijote.