Francisco Mieres

franciscomieres@yahoo.com

Realidades. El colonialismo de hoy

Caracas, 15 de octubre de 2004

Nunca se habían dicho tantas babosadas juntas como las que ha provocado el derribamiento de la estatua de Colón, en simbólico gesto del “día de la resistencia indígena” (o de la raza), que no por casualidad es el Día Nacional de España, su máxima fiesta nacional-imperial. Desde la omisión de que la expedición del genovés es el inicio de la ocupación y conquista genocida de nuestro territorio y su población aborigen, hasta la complicidad real y pontificia hispánica-vaticana en la transferencia del mando al naciente imperialismo yanqui, que le sucede como potencia colonial aquí como en el resto de la periferia española, para anular nuestra independencia. En suma, henos sido sometidos a los españoles y a los gringos como pueblo vasallo, y eso es lo que expresan nuestros civilizados medios mediatizados y los giustiboys fieles a Mamá-Shell, Mamá-Exxon y demás madres anglosajonas, empeñados en la reprivatización de los hidrocarburos. En nuestro artículo anterior (“Los derechos indígenas”) denunciábamos los agresivos proyectos de expansión minera y petrolera del MEM  en los cuatro confines fronterizos que en una suerte de recolonización abren los hábitats indígenas del país a viejos y nuevos monopolios foráneos hasta las entrañas de las “áreas protegidas” y les otorgan controles sobre los accesos y salidas de nuestras fronteras en desmedro de la soberanía nacional, y con amenaza grave de ecocidios en las fuentes claves de recursos. Todo ello cobijado en la reforma que actualmente se discute sobre la legislación sobre las etnias aborígenes. Hoy podemos señalar un caso adicional que ilustra la monstruosidad que puede alcanzar la avidez mercantil de nuestras élites subimperialistas herederas de las cúpulas. Se trata de una conjura forjada desde hace una década en el seno de la Fundación La Salle, criatura educativa del Hermano Ginés,  para privatizar y explotar sus más valiosas áreas con depósitos áureos y petrolíferos; en especial, la concesión de manejo de 135.000 hectáreas en la Reserva Forestal de Imataca, que está en la mira desde la apertura petrolera de Giusti. Pues bien, éste decide sustituir al gobierno (que entrega 10 millardos de  Bs. Anuales) en el directorio, junto con Leopoldo López padre y otras firmas privadas, y con la complicidad del superior de la congregación desde Roma  (Alvaro Rodríguez, hermano del

brevísimo Secretario General de la OEA) fraguan un fraude para reemplazar a Ginés como Ptresidente con uno de los suyos, desconociendo a la mayoría. En vista de que ésta plantea el caso ante los jueces y de que el Hermano Ginés lo denuncia ante Chávez, la decisión es excluirlo de la Fundación, exportarlo y recluirlo fuera del país, para hacerlo callar del todo    El detalle que falta es que Ginés tiene 92 años y no tiene familia, y está a merced de los ejecutivos (ahora empresarios) de la Fundación. El riesgo que corre es evidente.

Este es otro de los entuertos que el propio Estado ha causado y que debe desfazer.