Claudio Cedeño

Entrevistado por Oscar Perdomo Marín

Pintor, caricaturista, profesor y luchador social

Claudio Cedeño: "Todavía estoy por debutar y realizarme"

Entrevista publicada en Últimas Noticias, sección La vida, domingo 22 de mayo de 2005, pp. 8-9.

Conmueve su sencillez y la modestia en que vive en su apartamento de Coche. Es un vecino activo lleno de proyectos. Su honestidad y consecuencia en lo que cree es un atributo muy escaso. Caricaturista excelente, tiene también obra plástica de excelentes trazos y calidad cromática para llenar varias salas, y a los 88 años aún espera debutar y realizarse como artista. Su vida parecería un contrasentido en una economía manejada por las leyes del mercado. Otros se cotizan en dólares. Peroe s que Claudio Cedeño no pertenece al mundo de las subastas. A lo mejor mañana será parte del orgulloso patrimonio de algunos coleccionistas, si no, que lo diga el padre de la luz: Armando Reverón.

¿Qué queda de Fantoches y El Morrocoy azul?

El recuerdo de una época en el periodismo de Venezuela, del humor político y social como herramienta política de comunicación con la gente. Queda la memoria de Leoncio Martínez (Leo), un ejemplo para el periodismo nacional y  la trayectoria de Fantoches, que fue muy importante para Venezuela. En Leo hay que reconocer su actitud cívica y su extraordinaria rectitud, su convicción democrática, dentro de la dictadura de 27 años de Juan Vicente Gómez. Él no fue un conspirador, pero sí un hombre solidario con los perseguidos políticos a flor de piel. Eso le valió ser prisionero tres veces en La Rotunda, la tenebrosa cárcel del régimen, entre Miracielos y Hospital.

¿Cómo comenzó su periplo en el  mundo del periodismo?

Nací en el pueblo sucrense de Río caribe, hace 88 años; la primera estación del tren de mi vida fue Maracaibo. Desde muchacho llevé dentro de mí la pasión por la caricatura. Cuando llegué a Caracas con mi sueño hecho trazos sobre cartulina fui a Fantoches y me recibió Leo.

¿Cuánto duró si vida en Fantoches?

Dos años. De allí salí de Director de El Morrocoy azul, un periódico humorístico de gran importancia y figuración, que constituyó una novedad, como lo fue un año después, Últimas Noticias. Se estaba borrando Fantoches, un periódico mita humorístico y mitad serio que sobrevivía para el lector por la caricatura de Leo. Así fue como le llegó la hora al Morrocoy. Leo estaba muy enfermo y nos abandonó en 1942.

Si Miguel Otero Silva, Kotepa Delgado y Carlos Irazábal eran los tres jinetes del Morrocoy, ¿por qué nombraron director a un ilustre desconocido de provincia como usted?

Eso fue fortuito. Otero Silva, delgado e Irazábal formaban parte de la lista de 47 “comunistas” expulsados del país por López Contreras mediante decreto de 1937, amparado en la conmoción que vivía Venezuela entonces. 

¿Venezolanos expulsados como extranjeros indocumentados?

Los comunistas eran catalogados traidores a la Patria y López los embaló hacia México. El decreto de expulsión fue por un año y ya los tres estaban de nuevo en el país, pero temían que si ellos figuraban como directores, el Gobierno podía enviarlos a la cárcel y cerrar El morrocoy. Como yo no tenía antecedentes revoltosos, el periódico salió sin problemas. Se descubrió pronto que ellos estaban detrás, peor la situación había cambiado; la publicación empezó a calar en la preferencia de los lectores. Comenzamos con mil en el primer número, y en el tercero saltamos a siete mil.

¿Cuándo murió El Morrocuy?

En los tiempos de Pérez Jiménez: lo compró Laureano Vallenilla Lanz, el ministro del Interior y, finalmente expiró, porque de la gloria del periódico  apenas quedaba el nombre.

¿Qué trasladaría usted de la época de El Morrocoy al presente y viceversa?

Del pasado, el ambiente, la capacidad de decir: “Buenos días”, de establecer amablemente un diálogo con la gente en la calle, y del presente, el conocimiento, internet, la vacuna antipolio…

¿Cómo se autodefine?

Soy un hombre muy de actualidad. He vivido sin sorpresas. Ni siquiera el actual proceso político venezolano me agarró desprevenido. Mi cerebro siempre está dispuesto a lo nuevo y eso es fundamental para la juventud. Estoy lleno de proyectos, sin ellos no podría vivir.

¿Qué le falta a sus 88 años?

Todavía estoy por debutar y realizarme. Tengo suficiente obra, pero no he hecho una gran exposición.

¿Acaso no ha expuesto su pintura?

En algunos lados, pero no así en un gran espacio donde acuda masivamente el pueblo como el mal llamado Museo Jacobo Borges, en Catia. Allí me gustaría exponer…

¿Por qué mal llamado?

Siempre estuve confrontado con ese señor por lo que es como ser humano. El es un representante de lo que yo llamo neoliberalismo cultural. Mi pintura todavía nos e ha visto, en ella expreso un mensaje de esperanza, como lo expresaron Gabriel Bracho y César Rengifo.

¿Ha hecho algún intento reciente de exponer o suyo…?

Casi lo logro en el Ministerio de Educación, cuando su titular era Héctor Navarro. Allí me ayudó Ernesto Villegas; le ministro dio luz verde y hasta sugirió la planta baja del organismo peor había que hacer allí algunas reformas; en resumen… resultaba costoso; se pensó en un libro y ninguna de las dos cosas se concretó No participe en la reciente Megaexposición de pintores venezolanos del siglo XX, que se realizó con algunas importantes exclusiones….

Paul del Río fue uno de los excluidos…

Yo no participé, pero sí envié mis obras a una muestra posterior de dibujo y caricatura en lo que fue el Cuartel san Carlos, que jamás  se realizó. Acudí allí el día de la programada inauguración y todo estaba sin montar, en el suelo. Recogieron todo aquello, el hoy ministro de Cultura, Farruco Sesto, me dijo que me llamaría y todavía lo estoy esperando. Tampoco me han devuelto mis dibujos.

Pero aquí leo que hubo una exposición…

Esa fue una exposición que organizamos Régulo Pérez y yo, una exposición d ela caricatura venezolana, en 1986, en el palacio Municipal de Caracas. Los registros dicen que la vieron unos tres millones de personas.

¿Usted también es poeta?

A veces escribo algo. Fui amigo de Nicolás valencia, un cantador de velorios allá en Oriente que recordaba de memoria décimas de 44 versos,; yole propuse grabar y finalmente proyectamos un libro ilustrado con su poesía. Armamos el libro y estuvimos como 20 años tratando de publicarlo, al fin se pudo y logré llevarle unos ejemplares para que los viera antes de morirse.

¿Qué es eso tan colorido que tiene sobre la mesa?

Es un álbum de fotos de mi pintura y también caricaturas y dibujos. Aquí ves óleos sobre tela: El reventón, un pozo de petróleo expulsando todo el detritus que nos ahoga como sociedad. Esta otra refleja a Pdvsa, representada por una vaca, que está negociando el señor Bush y abajo, en una equina, en el mismo cuadro ¿Ves? Están Pompeyo Márquez, Marcel Granier, Miguel Enrique Otero y Ramos Allup.

¿Y esa especie de foto en familia: siete hombres con cascos de rostros monstruosamente difusos, entre billetes de dólares?

Dirigencia sindical cetevista, es un óleo sobre tela. Aquí está los Derivados del petróleo. Son 11, posando, desde Gómez hasta Lusinchi, y en este otro óleo puedes apreciar a Carlos Andrés Pérez, firmando el Acta de la Tercera Independencia, la composición se inspira en el cuadro de Tito Salas sobre el 19 de Abril, con los rostros cambiados de los personajes, ropa del siglo XIX y corte de pelo del siglo XX, es una mezcla de humor negro, caricatura y pintura; éste, La droga inadvertida, expresa la influencia de la televisión y su bombardeo sistemático de violencia, pornografía sexual y política y consumismo. En resumen, lo que está aquí es la caricatura llevada a la pintura como crítica social.

Algunas imágenes reflejan cierta influencia del muralismo mexicano… Alfaro Sequeiros, Tamayo…

Yo incursioné en el muralismo ¿Ves esa foto? Aquí estamos Gabriel Bracho y yo, con Sequeiros, en México.

Con tantos cuadros, todo eso por mostrar ¿Por qué no circula usted?

Yo trabajé en El nacional entre 1946 y 1950 y salí de allí de manera muy extraña. Era dirigente sindical y no quise servir a la empresa. Me opuse al despido de alguna gente, por presiones de la Seguridad Nacional. Eran cuatro: Sergio Antillano, Héctor Strédel, Luis Esteban rey y Pedro Beroes.

¿Y Miguel otero Silva?

Estaba en El Nacional.

¿Y no hizo nada por impedirlo?

Nada. El fue cómplice de eso y nunca fue realmente revolucionario. Si viviera, no me extrañaría que estuviera en la oposición al gobierno de Chávez. La actitud de El Nacional es consecuencia del de ayer. Fueron los Otero quienes me pusieron preso junto con Sergio Antillano. Estuve dos semana sen el calabozo, era secretario general del sindicato. Yo hablé con Miguel otero Silva, su padre y su hermano para reincorporarme a mi puesto y no fue posible.

Bien, pero de eso han pasado 51 años.

No olvides que en el ámbito cultural, el “capo” era Miguel Otero Silva. Él hizo el Inciba; después el Conac; como senador trabajó en las leyes. Yo no tenía acceso a la cultura. Por eso estoy así. Soy como un obstáculo de cuidado y a veces pareciera que sobrevive la tendencia de no tocar el pasado.

Más allá de su arte, de los proyectos que lo mantienen como un joven de 88 años ¿qué queda en ese corazón en este modestísimo apartamento de Coche?

La nostalgia por los buenos amigos que se fueron, la alegría por el presente donde se están cuajando mis sueños de justicia y ¿por qué no?, cierto sin sabor por los que se quedaron donde siempre estuvieron disfrazados de redentores, en la acera de enfrente. 

El periodista

 

“Un periodista, antes que todo, debe ser fiel a la verdad, con todos los riesgos que su defensa comporta; comprender lo que significa su oficio, querer entrañablemente su profesión; sentir al país y a su gente y por extensión, a la humanidad, sin exclusión; debe estar comprometido con su tiempo, escribir lo que ve objetivamente y trasmitirlo. Estos mismos principios son válidos para el reportero gráfico. El comunicador social tiene que  ser un investigador las 24 horas de cada día y adoptar como norma en su trabajo, verificar la fuente, inquirir, estar en permanente búsqueda, enriquecer su conocimiento, porque la cultura jamás sobra. Por el contrario, nos eleva para no mentir y no aceptar sobornos y ser un ciudadano, que es el título más elevado que puede recibir”.

Claudio Cedeño

Perfil

Nació en Río Caribe, estado Sucre, 30 de octubre de 1916

Formación: Egresado de la escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas

Trayectoria: Pintor figurativo, muralista, caricaturista de El Nacional, El Universal, y otros diarios y revistas, humorista. Sus trazos llenaron páginas en las principale s publicaciones de humor del país: Tocador de señoras, La pava macha, Dominguito, entre otras.

Fue director de El Morrocoy azul; secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Prensa, profesor y director de la Escuela Cristóbal Rojas. Tiene varios premios de caricatura y pintura.

Característica: tenaz, soñador, leal, culto, insobornable.

Confesión: le tengo miedo a la enfermedad.