¡Se los dije!
Mientras no nos organicemos de manera eficiente para hacer cumplir
nuestros derechos, mientras no conformemos un frente serio, organizado,
con proyectos específicos bien estructurados, y combativo, que no se
rinda, no podremos hacer de la cultura un lugar revolucionario y ni
siquiera progresista.
Dejar que otros lo hagan para después criticar, usando los errores de
ellos como excusa para la borrachera consuetudinaria, no es una actitud
responsable.
¡A organizarse, a levantarse de la mecedora, de la silla de extensión!
¡a guardar la botella de aguardiente y a enarbolar la cultura, el hacer
cotidiano, el reunirse en serio para hacer cosas, no para hablar paja!
Sólo entonces habrá cambios. Nunca antes. |