Roque Zambrano

rozambranperez@yahoo.com

Carta para la ANAC de Venezuela

Caracas, 3 de septiembre de 2006

Estimados ANAC de Venezuela.  

Extraña el origen de esta convocatoria, sobre todo porque en el momento de discutir la Ley de Cinematografía para reformarla, y crear el anteproyecto de la Ley aprobada horas después de ser presentada en la Asamblea Nacional, en segunda discusión el año pasado por Septiembre nunca se nos convocó. 

Sabíamos que un "grupo de cineastas" se había apoderado de la misma, y de la forma "más democrática del mundo, tal cual representantes de la democracia cuarta republicana", la sometieron a discusión en los conciliábulos, sin ninguna  amplitud en su consulta y discusión.  

Nosotros, los que mayoritariamente  hacemos el cine, -según los estatutos de la ANAC- "guionistas, directores, directores de arte, músicos", y todos los otros que participan como realizadores, hacedores, cultores, trabajadores, en la actividad que como colectivo, cita textual de la ley: - "tiene como objeto el desarrollo, fomento, difusión, y protección de la cinematografía nacional y  las obras cinematográficas", artículo 1,  -percátense de que no  aparecemos por ninguna parte: los creadores, autores, realizadores, cultores,  y productores de la obra cinematográfica- y luego se continúa en otra cita textual de la ley:"entendidas  éstas como el mensaje visual o audiovisual e imágenes diacrónicas organizadas en discurso, que fijadas a cualquier soporte tienen la posibilidad de ser exhibidas por medios masivos", no podemos más que precisar lo siguiente, -por lo discriminatorio y exclusivo que se nos aparecen estas dos primeras citas de la ley, recurrentes en todo su contenido-:  creemos en lo “indiscutible que se convierte ese reglamento”, al presentar objeciones de fondo, a la ley de la cual emana.

Del enunciado conceptual de la segunda cita de la ley a la cual hacemos referencia nos preguntamos entre otras cuestiones: ¿Dónde están los videoastas? ¿Dónde los colectivos que como materia de esas imágenes diacrónicas fijadas en discurso expresan el imaginario colectivo e identidad de la creación audiovisual nacional? ¿Dónde los usuarios, participantes de este hecho soberano y patrimonial de nuestra cultura, que lo es la Cinematografía Nacional como espacio en el diseño estratégico del entramado comunicacional del Estado?, ¿Por qué dos leyes sobre una materia que en la modernidad se ha ampliado inexorablemente al espacio radio eléctrico, así llamado el concerniente a la televisión, el video analógico, y la digitalización?.¿Por qué el carácter industrial de la ley cuando nosotros somos  creadores, hacedores, realizadores, productores de la obra cinematográfica y  el hecho industrial  solo coadyuva  a hacer posible la obra cinematográfica como otro componente del hecho cinematográfico  en si?

La única industria cinematográfica que en el mundo entero acapara el 98% de la industria cinematográfica en  sus ostentosas ganancias, es la monopólica industria norteamericana, y  tiene colonizados nuestros espacios de producción, distribución y exhibición cinematográficas, al establecer sus códigos para ser admitidos: acción, sexo y violencia.  En ninguna parte vincula la diversidad cultural de los pueblos entre sus preferencias.  

En esta  ley, aparecemos nosotros desdibujados, llamados de cualquier manera según el articulado al que se le confiera nombrarnos, y repartiéndonos "las migajas del festín" según se permitan, cuotas de pantalla, cuotas de producción industrial, remanentes  e incentivos, y el "60% de financiamiento para la producción cinematográfica",  precisados en el porcentaje a repartir, pero difusos en la caracterización de quiénes somos los cineastas.

Diluido y débil nuestro nombramiento  a capricho, o sencillamente ausentes.

La ley parece la repartición de un botín con la "Incipiente Industria Cinematográfica Nacional". Llamamos entonces, a discutir esa ley para presentar sus enmiendas, porque sabemos a ciencia cierta que el reglamento es la continuidad de la misma en sus especificidades. Creemos que la ley de cinematografía, es un instrumento  en el espacio de las leyes que conforman la revisión y el cambio del diseño comunicacional del Estado, correspondiente a lo  expresado en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus enunciados acerca del carácter soberano, participativo y protagónico en la construcción de un país libre.

Entendamos pues, que  el hecho cultural reside en el poder constituyente del Pueblo. Enunciado de nuestro Ministerio de Cultura: El pueblo es la Cultura.

Saludos fraternales. Roque Zambrano.

Miembro fundador de la ANAC y siete veces miembro de su Junta Directiva y su Consejo Consultivo.