Eduardo Casanova |
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José Antonio Abreu septiembre de 2007, publicado en mayo de 2008 |
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“Lo conocí en 1957, cuando entré a la Universidad Católica y el joven Abreu era un prospecto de genio apoyado por la Compañía de Jesús, condición que perdió poco después por un par de hechos que deberían haberlo sacado de circulación, pero en 1963 se le metió por los ojos a Arturo Uslar Pietri, que era muy susceptible a la adulación, y se repotenció sin mayores esfuerzos. El ingreso de Abreu y otros oportunistas al Uslarismo me abrió los ojos y me permitió ver que Arturo, excelente narrador e intelectual, no tenía madera para ser político y era fácilmente manipulable. En buena parte por eso quise irme de Venezuela y logré ingresar al Servicio Exterior. Once años después mi carrera de diplomático se interrumpió brevemente, cuando Diego Arria me designó Director Civil y Político de la Gobernación del Distrito Federal, a cargo, entre otras cosas, de todo lo cultural. Fue entonces cuando Luis Morales Bance, hermano de un buen amigo y condiscípulo, se me acercó a pedirme que ayudara a un grupo de músicos que quería hacer una Orquesta de Cámara de Caracas. Quien lideraba el grupo era Abreu, compadre de Luis Morales. Diego Arria se opuso radicalmente a lo de la Orquesta de Cámara, y fue entonces cuando, porque una de mis secretarias en Copenhague era violinista de la Orquesta Juvenil de Dinamarca, coincidí con Abreu en la idea de hacer en Venezuela algo parecido a lo que vi en Copenhague. Acordé un subsidio inicial de Cien Mil bolívares (equivalente hoy a 180 millones de bolívares) y le conseguí, gracias a la amabilidad de Pepino Delfino, Director de Transporte Municipal, dos autobuses, para que buscaran a los jóvenes de Barquisimeto y Maracay, y así nació la Juvenil, en 1975, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez”
... Y el Faraón sigue forrando su saco con lo que otros han pensado. |
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